En lavastedad del espacio y en la inmensidad del tiempo he tenido la suerte de compartir una parte de mi camino con alguien extraordinario. Es el number one de los raros que vivimos en esta comarca. Es un hombre que no ha salido en noticias de la prensa, pero sin embargo ha estado en el backstage de muchas de las peleas de tema ambiental, desde Vascos al urbanismo desmadrado, además de ser activista ambiental consorte, como a él le gustaba decir, por tener como mujer a una de las Guerreras del Tajo.
Mi amigo Damián es como la molécula que vibra y nos ha dejado vibrando en sintonía con la vida a los demás, a los que amamos “el Monte”. Él ha sabido vivir la vida tan intensamente que es como si llevase 2 vidas vividas, haciendo de cada pequeño obstáculo una aventura, bebiendo la vida a grandes sorbos como decía Bertolt Brecht.
Su cara siempre con su franca y serena sonrisa y su humor, bendito humor inglés al que nos hemos hecho todos. Tenerte al lado era sentir que la vida es más liviana, porque hacías fáciles todas las cosas. Cada momento que he vivido con Damián han sido un desbordar energía, sonrisas y complicidades, sacando lo mejor de cada uno, sembrando en nosotros el amor a los pájaros, el entender con ellos el ciclo de la vida y comprender lo privilegiado que es vivir en este lugar tan hermoso.
Hace tiempo me explicaba otro amigo sobre la muerte, que no es un paso fácil, que hace falta generosidad y entrega, y de eso no te faltaba. Te gustaría vernos tranquilos, en paz y con la determinación de continuar con la vida, porque la vida nunca para.
Estamos tristes ,Damian, porque eres tan estupendo, tan especial que queremos estar más tiempo contigo, y a la vez tenemos tanto agradecimiento de haber compartido parte de la vida contigo. Has dejado tanta energía aquí, que se te ve corriendo descalzo por el monte o cruzando a nado el pantano.
Damián, “ Love doesn´t end, just we don´t see each other”.