Es lo que señala el último Indicador Multidimensional de Calidad de Vida (INCV) correspondiente al año 2021, elaborado por el INE. Un cálculo que se basa en 55 indicadores, si bien no todos se actualizan anualmente, y en 9 dimensiones distintas como condiciones materiales de vida, trabajo, educación, salud, ocio y relaciones sociales, seguridad, gobernanza y derechos básicos, entorno y medio ambiente, y experiencia general de la vida.
La suma de todos ellos a nivel nacional en 2021 ascendía a 101,83 puntos, impulsada principalmente por la educación y, en menor medida, por el entorno y el medio ambiente.
En el caso de Castilla-La Mancha, el INCV al término del pasado año era de 101,494 puntos frente a 101,674 de 2019, siempre por debajo de la media nacional, ocupando en 2021 el decimotercer lugar en calidad de vida dentro de las 17 comunidades y dos ciudades autónomas españolas. En toda España, Navarra, La Rioja y Baleares son las comunidades españolas con mayor calidad, mientras que la ciudad autónoma de Ceuta, Andalucía, Canarias y la Región de Murcia se mantienen un año más a la cola en este indicador.
Sin embargo, analizando detalladamente los índices de las dimensiones más destacadas que configuran este estudio, algunas en Castilla-La Mancha sufren un importante deterioro. Así, dentro de una escala de diecinueve, Salud se encuentra en el decimocuarto lugar, con un desgaste importante respecto a 2019 y Educación, que se sitúa tan sólo por delante de Extremadura a nivel nacional.
Si se analizan las nueve dimensiones por separado, País Vasco destaca en la de condiciones materiales de vida y educación; Illes Balears en gobernanza y derechos básicos y experiencia general de la vida; y Aragón, en trabajo. Por su parte, Comunidad de Madrid destaca en salud; Principado de Asturias, en seguridad física y personal; Cantabria en ocio y relaciones sociales; y Comunidad Foral de Navarra en entorno y medioambiente.