En lo que parecía ser otro más de los diversos cambalaches institucionales que el Club Deportivo Toledo ha venido sufriendo en los últimos tiempos, el pasado año aterrizó por fin en el club de futbol una empresa capaz de sacar del atolladero deportivo e institucional en el que durante temporadas lleva anclado el equipo más representativo de la capital regional: el Grupo Ibérica. Un conglomerado empresarial serio formado hace más de 40 años por Fernando Núñez Rebolo, un incansable emprendedor que en 2022 facturó 414 millones de euros.
Ibérica es un grupo formado por 35 empresas y más de 1.300 operarios en sectores tan distintos como el de la automoción, distribución, hostelería- es propietario del 5% de la empresa que controla el negocio de Burger King, Popeyes y Tim Hortons en España y Portugal- movilidad, consultoría, y desarrollo y comercialización de drones. Actividades, alguna de ellas, que tienen en Castilla-La Mancha puntos de referencia empresarial. Como en Uclés (Cuenca), donde es originaria su mujer y Núñez Rebolo hijo adoptivo, gestionando a través de su Fundación la Casa Palacio y el Monasterio de la localidad con el fin de poner en valor el rico patrimonio histórico del pueblo. Como reconocido mecenas cultural es igualmente patrono del Teatro Real.
Mas el excelente bagaje empresarial y de resultados que cosecha el grupo Ibérica en absoluto están sirviendo a su hijo Fernando Núñez Lirio, CEO del grupo, para llevar al CD Toledo a los puestos de gloria que anunció en el acto de toma del control mayoritario del club. Coqueteando con el descenso desde el principio de temporada, decenas de jugadores utilizados sin dar con la tecla de juego y resultados, y con tres entrenadores desfilando para su ejecución, no parece que el club esté alcanzado los objetivos ilusionantes que se marcaron en la presentación de la nueva directiva presidida por el abogado toledano Joaquín Sánchez Garrido.
No obstante a esta delicada situación, los nuevos propietarios anuncian proyectos megalómanos como la construcción en zona verde junto al Salto del Caballo de dos campos de fútbol y una tercera instalación destinada al entrenamiento de porteros -impropios para un club de su categoría, salvo que se pretendan otros objetivos- y que la Corporación municipal toledana ha despachado “con cariño”. Salven al CD Toledo del atolladero deportivo en el que se encuentra, con serias dificultades todavía para mantener la categoría en Tercera RFEF, y dejen para el Santiago Bernabéu y Florentino Pérez los aires de grandeza a la hora de planificar sus faraónicos coliseos y objetivos. La afición se lo agradecerá.