Según ha contado El Confidencial, Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid, y Eduardo Zaplana, expresidente de la Comunidad Valenciana, intentaron sin éxito llegar a Cospedal para que les hiciera un favor y dar un pelotazo. Uno de ellos consideró lo siguiente: "Hay que esperar que aterrice". Aunque pudiera parecer que hay un nuevo intento de implicar en casos y tramas de corrupción a la ministra de Defensa y presidenta del PP de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, lo cierto es que lo último que se ha publicado al respecto lo único que hace es confirmar que no ha tenido relación con ninguno de los casos que se conocen y que es precisamente ella, en su condición de secretaria general del primer partido de España, la que ha intentado erradicar estas prácticas entre los miembros de su partido.

El caso de Bárcenas es el más paradigmático en ese sentido ya que fue Cospedal la que le echó de cargo de gerente y la que le denunció por difundir falsedades sobre su persona. Pero ha habido otros intentos de implicarla en casos de corrupción, sin éxito todos ellos. Las revelaciones que hacía ayer el periódico que dirige Nacho Cardero, indicaban que Ignacio González y Eduardo Zaplana vieron en el nombramiento de Cospedal como ministra de Defensa la oportunidad de sacar tajada y recuperar un antiguo proyecto que podía reportarles grandes beneficios. En el sumario de la operación Lezo se recogen numerosas conversaciones entre ambos exmandatarios sobre negocios para lavar presuntamente “capitales de origen ilícito” y generar nuevos ingresos. Uno de los más destacados se quedó a mitad de camino, pero la Guardia Civil describe cómo intentaron mover sus hilos para dar un pelotazo. 

Para ello tenían que contar con el apoyo del titular de Defensa. No pudieron hacer nada mientras estuvo Morenés porque cuando surgió el asunto se encontraba en funciones el Consejo de Ministros. Pero cuando el PSOE aceptó abstenerse para facilitar un nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy y asumió la cartera Cospedal, González y Zaplana retomaron el asunto y diseñaron un nuevo plan para tratar de favorecer los intereses del dueño de los terrenos en conflicto.

En una conversación del 8 de noviembre captada entre ambos, Zaplana proponía dos vías para “hacer lo de los terrenos”, y ambas pasaban por Cospedal. Directamente con ella o a través de su marido. González responde a Zaplana que sería mejor dejar pasar unos días antes de entablar contacto: “No, vamos a ver, yo creo que, yo creo que hay que dejarle a María Dolores que aterrice”. “Que aterrice, eso sí”, asiente el exportavoz del Gobierno de José María Aznar. “Se agobia y, segundo”, añade luego el presunto cerebro de la operación Lezo, “porque yo creo que, por lo que me llega a mí, que lógicamente va a limpiar, y lo que me dicen a mí...”. Sabían ya que con Cospedal iba a ser difícil y a pesar de todo no ceden.

Segundos después, González explica a Zaplana que el asunto lo ha llevado hasta ahora un general y en las palabras del expresidente madrileño se ve la calaña de sujeto que es: “Ahí, el tío que lo lleva es el general ese que conoce el Conrado, este me estuvo comentando a mí y tal… si ese tío sigue, pues lo único que hay que hacer es en el momento que tengamos la confirmación de que ese tío sigue es ya llamar a esta tía [Cospedal] y con la que hayan puesto ahí, que no sé quién se llevará a la Secretaría de Estado [de Defensa], pero no creo que deje al otro que tenía [su antecesor, Pedro Morenés]”.

La Guardia Civil concluye que no hay ninguna evidencia de que las gestiones de González y Zaplana llegaran a generar algún tipo de resultado. Los investigadores también detectaron que González envió tres SMS a Cospedal. La ministra solo contestó a uno en el que se limitaba a agradecer la felicitación que había recibido por su nombramiento. A los otros dos ni se molestó en darles respuesta.