El Congreso federal del PSOE celebrado este fin de semana en Madrid ha dejado numerosos titulares para la prensa y una serie de actuaciones que darán mucho que hablar en los próximos meses. El cónclave ha dejado a las claras la profunda división en la que se mueve el socialismo español y que Pedro Sánchez intentará superar mejorando los resultados electorales del partido ya que ni siquiera lo ha intentado por la vía de integrar a sus rivales del sector “susanista”. Esa división y el alejamiento de los cargos históricos se hizo patente ayer en la clausura del Congreso. Casi ninguno de ellos asistió mientras que la delegación andaluza se marchaba antes aún de que se cerrara la votación de las ponencias. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, sí estuvo en la clausura y escuchó la intervención de Pedro Sánchez rodeado de compañeros entre las filas de la militancia y no en primera fila, como ha sido habitual hasta ahora entre los presidentes socialistas de las autonomías.

Page reveló el sábado a los periodistas, seguramente con un fondo de amargura, que no sabía quiénes eran los elegidos para forma parte de la nueva ejecutiva federal: “No tengo la más mínima información”, lo cual no le impidió desearles “toda la suerte y les brindo mi colaboración como militante y como presidente de Castilla-La Mancha”. Es algo inédito que no se pregunte a los líderes de cada región sobre los nombres que van a formar parte de lal dirección nacional, pero en los nuevos tiempos del PSOE de Pedro Sánchez se le está dando la vuelta al calcetín en cuestiones de organización y de relación con el secretario general.

Los que sí tenían motivos para estar contentos eran los tres castellano-manchegos que han pasado a formar parte de la Ejecutiva: La alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón; el diputado nacional por Albacete Manuel González Ramos y la exconsejera regional Magdalena Valerio. Ésta última es una de las incondicionales de Sánchez y ya tiene experiencia como miembro de su núcleo duro. Ha sido siempre leal y coherente y ha tenido que soportar duras situaciones en Guadalajara. Por ello una vez más Sánchez la recompensa situándola en la dirección nacional como secretaria ejecutiva de Seguridad Social y Pacto de Toledo.

Tolón, que no pudo asistir al Congreso por los problemas de salud que padece estos días, también ha encontrado un hueco junto a Pedro Sánchez. Este hecho no debería ahondar las diferencias con García-Page ya que la alcaldesa de Toledo ha sido especialmente delicada a la hora de tratar el asunto de su lealtad a Sánchez, al menos públicamente, que es lo que más importa. Tolón se abstuvo de hacer campaña en las primarias para no tensar la relación con el “susanismo” consciente de que enfrentarse al presidente de la región es malo para los intereses de Toledo. Lo único que la anima en política en estos momentos es hacer una buena gestión como alcaldesa y ganar las elecciones en 2019 para completar su proyecto de ciudad. Es joven y tiene aspiraciones políticas, pero sabe medir los tiempos y esperará la hora en la que llegue el suyo.

El castellano-manchego mejor situado en la nueva ejecutiva del PSOE es Manuel González Ramos, que ha sido nombrado secretario de área de Agricultura, Ganadería y Pesca. Algunos le dan como sustituto de Page al frente de la secretaria regional del PSOE, pero él mismo ha explicado repetidamente que no está en esa guerra y le ha mostrado su lealtad al presidente de la región.

Que las cosas están cambiando en el PSOE y que la división es más profunda de lo que parece se refleja en la foto que desde el correo “Militantes PSOE Toledo” se envió a última hora de la tarde del sábado a las redacciones de los medios de Castilla-La mancha con el siguiente texto: “Adjuntamos foto de la mayoría de la delegación de CLM en el 39 congreso del PSOE esta tarde”. En el mismo correo aparecía también: "Militantes PSOE Toledo" escribió: "delegación regional de CLM al #39CongresoPSOE con Magdalena Valerio como cabeza de la delegacion".

En la foto, en efecto, aparece en el centro Magdalena Valerio rodeada de alrededor de 45 compromisarios, de los 66 que componían la delegación castellano-manchega. Faltaban unos 20 y entre ellos algunas de las caras más conocidas del PSOE castellano-manchego.