El secretario regional de Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno regional, José García Molina, ha quedado en evidencia con el episodio de los 60.000 euros que ocultó en su declaración de bienes. Varias actuaciones irregulares que los de Podemos consideran que son propias de los políticos de la “casta” las ha cometido ya el líder de la formación en Castilla-La Mancha en los apenas tres años que lleva metido en esta actividad. Lo de los 60.000 euros ha sido la traca final (por ahora) dentro de un singular episodio en el que el diario ABC le ha acusado de ocultar ese dinero en su declaración de bienes ante las Cortes autonómicas y de mentir posteriormente cuando lo negó y dio diversas explicaciones que no convencieron a la opinión pública. Finalmente, y ante el cariz que tomaba el asunto, reconoció que había cometido un error.

Pero lo peor no ha sido la ocultación ni la mentira. Lo peor es que se haya descubierto que tenía esa fuerte cantidad en un fondo de inversiones. Por algo no quería que se supiera. Lo ha explicado muy bien Alejandro Ruiz en su habitual columna de La Tribuna de Toledo. Con el título “Molina toca fondo”, el autor afirma en relación con el asunto que “lo verdaderamente bochornoso” es que “tenga parte de su patrimonio, 60.000 euros, ni más ni menos que en fondos de inversión, lo que nos transmite una clara idea de la contundencia ideológica de Molina”. Explica el columnista de forma resumida qué es un fondo de inversión para expresar posteriormente que Molina entrega “su dinero a ciegas para que una red de analistas y especialistas en inversión, que pueden cubrir los mercados de España, Europa, Norteamérica, Japón, o la región de Asia-Pacífico, lo inviertan a su antojo con los mejores objetivos de rentabilidad y riesgo, importándoles un carajo, como a todo hijo de vecino cuando se trata de su pasta, cualquier tipo de control social de sus inversiones”.

De esta forma, sostiene Alejandro Ruiz, “mientras Podemos se fundamenta ideológicamente en la `búsqueda de una alternativa al sistema capitalista en contra de los especuladores´, centrando sus discursos en la maldad `del dictado de los mercados, entidades financieras, fondos de pensiones, fondos de inversión, entidades económicas´, en la realidad de `una economía al servicio cada vez de menos gente y de intereses cada vez menos inconfesables, que opera contra los trabajadores, contra los pueblos y las naciones´, Molina se permite especular con la rentabilidad de su dinero mediante un fondo de inversión”.

Termina el articulista diciendo que “toca fondo Molina y legitima a la madre del cordero de la especulación del capitalismo neoliberal, el talismán del sistema. No sabemos a quién hace rico el dinero de Molina, que hipotecas basura permite, qué guerras financia, qué trabajadores explotados o qué árboles talados”.

Pues eso.