García-Page comienza el último año completo de legislatura sin saber quién será su rival electoral en el PP
El año 2018 que acaba de empezar será decisivo en el mandato del socialista Emiliano García-Page como presidente de Castilla-La Mancha. A lo largo de este ejercicio, último año completo de la presente legislatura, García-Page tendrá que consolidar los proyectos y realizaciones de su gestión y mostrar a la sociedad castellano-manchega su capacidad política real y lo que de verdad puede aportar a la mejora de la vida de los ciudadanos desde la Presidencia de la Junta. Los dos años y medio que ya ha cumplido de gestión han tenido altibajos y momentos muy difíciles, especialmente en el periodo de abril a agosto de 2017 cuando su pacto con Podemos quedó en el aire y no estaba claro que se aprobarían los Presupuestos, pero ahora toca llevar a cabo la enorme cantidad de compromisos anunciados e ir cerrando a lo largo del año una gestión política que se someterá en mayo de 2019 al examen de las urnas.
Resueltas ya sus diferencias con Podemos Castilla-La Mancha y consolidado, al menos por ahora, el pacto de gobierno de su partido, el PSOE, con la formación morada, el presidente García-Page afronta este último año y medio con mayor tranquilidad y sobre todo con la completa seguridad de que, rompa o no ese acuerdo de gobernabilidad, como se especula desde el PP, la legislatura podrá terminarse en mayo del 19 y no habrá ningún obstáculo que impida agotarla hasta ese momento. García-Page llegará a las elecciones autonómicas como presidente de la Junta y líder regional del PSOE y lo hará, además, con un discurso perfectamente definido sobre su papel en Castilla-La Mancha y los objetivos presentes y futuros bien diseñados y armados política e institucionalmente. Desde este punto de vista, el horizonte de Page se presenta nítido y sin sobresaltos, al margen, insistimos, de que finalmente se pueda romper o no el pacto con Podemos, como podría ocurrir por intereses de ambas partes a medida que se acerque la cita electoral.
Una cuestión, sin embargo, inquieta significativamente en el PSOE de Castilla-La Mancha en este comienzo de año: el desconocimiento sobre quién será al final el rival de García-Page que presente el PP a las autonómicas de mayo de 2019, es decir, si será o no la actual ministra de Defensa y presidenta de los populares castellano-manchegos, María Dolores de Cospedal, la candidata o si, por el contrario, se dará paso a otro cabeza de cartel. Ya se sabe que la alternativa a Cospedal, si ésta finalmente decide no concurrir a la Presidencia de la Junta, recaería sobre el secretario general del PP de Castilla-La Mancha, Vicente Tirado, pero la incógnita está sin despejar y eso al PSOE no le gusta. A García-Page le encantaría tener ya un rival claro al que oponerse, pero el tándem Cospedal-Tirado, que funciona perfectamente en el PP regional, va a mantener la duda abierta todo el tiempo que pueda, que no sabemos cuánto podrá ser.