Confidencial

El último disgusto de Cospedal antes de despedir el horrible 2018

3 diciembre, 2018 00:00

A la expresidenta de Castilla-La Mancha María Dolores de Cospedal no se le va a olvidar 2018, el año en el que dio un vuelco su vida y tuvo que abandonar la actividad política por unas desgraciadas grabaciones que jamás debió pensar que saldrían a la luz; probablemente ni siquiera llegó a conocerlas hasta el último momento. Hasta donde se ha sabido no se deriva nada ilegal de sus conversaciones con el excomisario Villarejo. Otra cosa son las circunstancias en que se produjeron y los asuntos delicados de los que hablaron y, lo que es peor, la intervención en asuntos del partido de Ignacio López del Hierro, el marido de Cospedal. Siempre el marido.

López del Hierro es, en la recta final de este año horrible, la mayor preocupación de Cospedal. En medio de todas las polémicas en torno al pasado del PP, López del Hierro tendrá que comparecer en la Comisión de Investigación del Congreso de los diputados sobre la financiación del PP.

Así lo decidió la Mesa y Portavoces, señalando el 18 de diciembre como fecha en la que López del Hierro tendrá que someterse a las preguntas de los miembros de la comisión, que con toda seguridad no le van a poner las cosas fáciles. Ese mismo día comparecerá también Sergio Ríos, antiguo chofer de Luis Bárcenas, para el que la Fiscalía Anticorrupción ha pedido la imputación por su participación en una supuesta operación de Interior para sustraer información al extesorero popular.

Según ha sabido este diario, Cospedal está disgustada y preocupada por el hecho de que su marido tenga que dar cuenta en el Congreso de su presunta relación con temas de corrupción política. Y no porque tema que vaya a hacerlo mal o porque vayan a salir nuevas cosas a la luz que puedan perjudicarles, sino por el hecho mismo de tener que pasar por ese mal trago cuando considera que en ningún caso se ha demostrado que haya tenido algo que ver con las tramas de corrupción conocidas hasta ahora. No cabe duda de que su inquietud sería mucho menor si fuera ella la compareciente.