Cospedal asiste en Toledo al funeral de un familiar de dos excargos muy próximos
La expresidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cosepdal, asistió ayer lunes a la misa funeral por el eterno descanso de Juan Gabriel Gómez-Menor. La misa fue oficiada por un sobrino del fallecido y otros cinco sacerdotes. Uno de los nietos leyó una carta que hizo temblar de emoción a los asistentes, que abarrotaban la capilla del Tanatorio. No era para menos debido a la amplia familia y al gran número de amigos y conocidos que quisieron dar su último adiós a Juan Gabriel, muy querido y conocido en Toledo por su pertenencia a una saga de libreros e impresores que ha dejado una gran huella en la ciudad y que la seguirá dejando gracias a sus hijas, que mantienen la tradición familiar.
Juan Gabriel Gómez-Menor era suegro del exalcalde de Toledo y exsecretario de Estado de Defensa Agustín Conde, así como del exdirector general de Comunicación de la Junta de Comunidades durante el gobierno de Cospedal, Fernando Urrutia. Cospedal asistió como una más, aunque arropada por varios de sus colaboradores durante su etapa política en Castilla-La Mancha y Madrid. Fueron muchas las personas que se acercaron a saludarla y que conversaron con ella antes de que diera comienzo la misa.
Fuentes próximas a la expresidenta castellano-manchega aseguran que la parte más positiva de cómo está viviendo su marcha de la política es sentir el gran peso que se ha quitado de encima al volver a la vida "civil", pese al mal sabor de boca que le han dejado los últimos acontecimientos y la sensación de haberse encontrado sola en el PP, en el que siempre dio la cara por los demás. Las mismas fuentes aseguran que tenía decidido abandonar la actividad política antes de que salieran a la luz las conversaciones con el excomisario Villarejo e incluso había elegido una emblemática fecha a finales de año para hacerlo. Su futuro laboral volverá a ligarlo a su profesión de abogada del Estado con destino probable a corto plazo en el Tribunal Supremo.