Orlena María de Miguel Muñoz ha consolidado su figura política como la cara más visible de Ciudadanos en Castilla-La Mancha. Si hubo algún titubeo al principio, el tiempo la ha convertido en la líder regional indiscutible de la formación que preside Albert Rivera. Su imagen atractiva y con la edad común de los líderes políticos de moda, con buen discurso, maneras tranquilas, mensajes centrados y un tono enérgico al criticar la labor de sus rivales políticos, han transformado a De Miguel en una consistente lideresa que va a tener su primer bautismo de fuego electoral como cabeza de cartel regional el próximo mes de mayo. Eso, claro está, si supera las elecciones primarias que Ciudadanos va a celebrar este mes de febrero para elegir los candidatos a las alcaldías y a la Junta de Comunidades.
Ella ya ha dado el paso adelante al anunciar que tiene intención de presentar su candidatura a las primarias. Por el momento solo ella, y no parece que vaya a tener rivales, al menos rivales serios que puedan hacerle sombra. Todo indica que Orlena de Miguel es la candidata de Albert Rivera y que nadie se va atrever en Castilla-La Mancha a llevarle la contraria.
La foto de De Miguel al frente del Comité de Ciudadanos de Castilla-La Mancha, diferenciada del resto tanto por su atuendo como por su destacada posición en la misma, explica mejor que nunca y de forma gráfica su liderazgo. Sin complejos y sin rivales. El partido de Orlena de Miguel va a tener mucho que decir a partir de mayo en Castilla-La Mancha, donde se espera que tenga poder decisorio para la formación de gobierno a nivel regional, en numerosos ayuntamientos de las cinco provincias y posiblemente en gran parte de las diputaciones. Su figura se agigantará y empezaremos a ver sus verdaderas capacidades políticas, tanto en la gestión de los cargos institucionales que pueda asumir como en la dirección de un partido que tendrá que negociar a izquierda y derecha como nadie había hecho antes en la historia de la Comunidad. Es lo que se espera, aunque con los tiempos tan extraños que corren puede pasar cualquier cosa.
Incluso que solo pueda negociar con el PP de Paco Núñez si Pedro Sánchez sigue en La Moncloa. Es lo que ha advertido Albert Rivera este lunes dirigiéndose directamente a Emiliano García-Page y a otros dos barones socialistas, que con Sánchez en el Gobierno no va a tener nada que negociar con los líderes territoriales del PSOE tras las elecciones de mayo. A su modo de ver, "no vale quejarte de tu jefe y decir que no estás de acuerdo pero luego hacer todo lo que dice tu jefe". En este sentido, considera que si hay "democracia interna" en el PSOE, sus dirigentes deberían poder expresar si están de acuerdo o no con la estrategia de Sánchez en Cataluña. Page lo ha expresado claramente, pero por el momento no es suficiente para Rivera. ¿Lo será para Orlena de Miguel tras el 26 de mayo? Ya veremos.
Orlena de Miguel, este domingo en la manifestación de Madrid