Emiliano García-Page

En la precampaña de las elecciones autonómicas que tenemos a la vuelta de la esquina está ocurriendo un hecho verdaderamente singular en Castilla-La Mancha que tiene encantados a unos, cabreados a otros y perplejos a los demás. Es la primera vez que un partido político hace campaña a favor de un candidato que no es el suyo. Así es como se están entendiendo los elogios del candidato al Congreso de Cs por Toledo, Juan Carlos Girauta, al candidato del PSOE a la Presidencia de la Junta, Emiliano Garcia-Page. Ha dicho Girauta, y lo ha repetido en diversos medios de comunicación, que se siente "a gusto" con el presidente socialista castellano-manchego porque "la España de la que habla es la misma de la que habla" él. Y claro, todo el mundo ha entendido que más allá de poner en valor esa faceta de Page, lo que quiere decir el dirigente nacional de Ciudadanos es que si las circunstancias lo requieren apoyarán la investidura de Page como presidente del Gobierno regional después del 26-M.

 Y si había alguna duda, Girauta también ha advertido de que el PP en Castilla-La Mancha ha mostrado "su cara más fea", por lo que se entiende que poco tiene nada que hablar con los “populares” ni ahora ni después de las autonómicas. No sabemos qué opina al respecto la candidata de Ciudadanos a la Presidencia del Gobierno autonómico, Carmen Picazo, pero lo cierto es que todo esto la deja en una posición incómoda a la hora de defender sus propuestas frente al PSOE. Si el partido de Albert Rivera tiene en Castilla-La Mancha una afinidad tan manifiesta con el PSOE como la que pregona Girauta, cabe preguntarse si no será lo mismo votar a un partido que al otro y, en definitiva, como ya se ha encargado el PP de destacar, muchos castellano-manchegos podrían pensar que “votar a Ciudadanos es votar al PSOE” en esta región.

Se entiende el mensaje de Girauta y su deseo de quitarse la sensación del mal rollo que ha supuesto pactar en Andalucía con el PP teniendo a VOX como testigo. Y se entiende también su afinidad con Page en relación con la unidad de España y los valores que defiende en ese sentido, pero sorprende que ponga públicamente el acento en ello de forma repetida y que le haga media campaña al candidato socialista por querer transmitir que entre ambos partidos hay la sintonía suficiente como para poder establecer un gran acuerdo poselectoral que permitiría al PSOE seguir al frente del Gobierno de Castilla-La Mancha. Los socialistas están encantados con ello.

Pero sobre todo se agradece la sinceridad de Girauta, que sigue siendo un político singular después de tantos años en primera línea. El mismo derecho tiene Girauta a decir que Page es un socialista patriota con el que se puede pactar todo, que el que tiene Albert Rivera a proclamar que Pedro Sánchez es un socialista traidor con el que no puede pactar nada.