Llegó a lo más alto en la vida política siendo una de las mujeres con más poder de este país. Vivió intensamente la política, asumió grandes responsabilidades en la gestión pública y de partido y terminó siendo víctima de un error y de unas circunstancias que en otros momentos no le habrían costado tanto. María Dolores de Cospedal ha confesado en alguna ocasión que tenía decidido dejar la actividad política por voluntad propia antes de que se lo impusiera la voluntad ajena. Ahora, pasado un tiempo de aquello, se siente feliz con su nueva vida, a la que se ha adaptado con menor dificultad de lo previsto.
Ha contado El Confidencial que dejó con un sabor amargo el PP, "pero entró con buen pie en su nueva vida como abogada del Estado en la Fiscalía del Tribunal Supremo".
El mes de enero pasado aterrizó en la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TS y eso le ha permitido recuperar la faceta de jurista, que solo ejerció durante cinco años antes de ocupar puestos de responsabilidad pública en el ámbito político.
Cospedal, según amistades próximas citadas por EC, "ha encontrado en su nueva rutina laboral un entorno muy positivo, tanto por el trabajo de la práctica jurídica como por el ambiente con los compañeros, y está decidida a que este sea su nuevo mundo".
Y como es una mujer inquieta que se impone a sí misma los retos más difíciles, ha empezado a pensar en su futuro como posible magistrada, "aprovechando la oportunidad que tienen los abogados del Estado, en su condición de juristas de prestigio, de entrar en la carrera judicial", explica el diario digital.