David Llorente
El diputado regional de Podemos David Llorente ha reducido visiblemente su nivel de actividad en las redes sociales desde que se han disuelto las Cortes autonómicas, desde que se admitió a trámite la querella que presentó contra sus compañeros de partido y desde que se confirmó que no iría en ninguna de las candidaturas a las elecciones que hay convocadas para los dos próximos meses. La confrontación que han vivido los diputados de Podemos en el parlamento castellano-manchego es un buen ejemplo a nivel local de las luchas cainitas que ha vivido esta formación a nivel nacional y que han abocado al estado actual de confrontación y división del partido de Pablo Iglesias.
Llorente ha discrepado en todo con su antiguo compañero de escaño y todavía vicepresidente del Gobierno socialista de Emiliano García-Page. Los que dijeron que la presencia de José García Molina en el Ejecutivo de Page sería muy corta se equivocaron. Durará hasta el último minuto y no irá a más porque pronto habrá un nuevo Gobierno en el que es más que probable que no tenga cabida el señor vicepresidente segundo. Ni siquiera en el caso de que sea Page el que siga gobernando. Ni los desprecios del PSOE ni la insistencia de Llorente para que lo dejara han podido con este consejero que se ha pegado al cargo como una lapa.
Nunca ha habido dentro del parlamentarismo castellano-manchego una discrepancia tan profunda dentro del mismo partido -rayana en el odio político- como la que han mostrado de forma permanente Llorente y Molina a lo largo de los cuatro años. Tan es así, que llevó al extremo de que desde el entorno del secretario regional de Podemos denunciaran a Llorente por presunto acoso a trabajadoras del grupo parlamentario. Era la culminación de un ataque en el que se ponía en jaque la credibilidad política del diputado guadalajareño y, lo que es mucho peor, su integridad personal. Éste respondió con otra denuncia contra los nueve liberados que le “difamaron” que fue admitida a trámite a finales de marzo.
Ha sido el final del culebrón político que ha marcado el trabajo parlamentario de Podemos en Castilla-La Mancha. Ahí han gastado la mayor parte de sus energías y también, posiblemente, sus activos electorales y sus posibilidades de tener presencia de nuevo en las Cortes.
El último tuit de Llorente en es el dato más revelador de cómo se ha cerrado dramáticamente esta historia a la par que la legislatura. Lo escribió el 26 de marzo pero lo ha fijado para que aparezca permanentemente en primer lugar en su perfil de la red social. Dice Así: “Admitida a trámite la querella que presenté contra 9 liberados del entorno de José Gª Molina y Mª Díaz que me difamaron. Ahora tendrán que declarar en el juzgado como imputados. Frente a la difamación y el juego sucio, ¡ni un paso atrás! #VerguenzaAjena”.
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