La expresidenta de Castilla-La Mancha María Dolores de Cospedal abandonó la política activa el pasado mes de noviembre de forma abrupta tras hacerse públicas las grabaciones del excomisario Villarejo. Cospedal ha lamentado privada y públicamente no haber recibido de su partido el apoyo necesario en esos momentos tan difíciles y le ha dolido que algunos de los que fueron sus colaboradores más próximos le dieran la espalda como si no la conocieran. Otros en cambio han mantenido su lealtad, reconocimiento y amistad hacia la que fuera todopoderosa secretaria general del PP, presidenta del partido en Castilla-La Mancha, presidenta del Gobierno regional y ministra de Defensa.
Que conserva buenos amigos en la región lo demuestra su asistencia reciente a la boda del hijo del presidente provincial del PP de Toledo, José Julián Gregorio. La ceremonia religiosa se celebró en la iglesia de San Prudencio de Talavera de la Reina y entre los invitados había contados cargos o excargos del PP. Con Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro, estaban Carmen Riolobos y su marido, Paulino Estrada. También estaba invitado el presidente regional de los "populares", Paco Núñez, pero no pudo asistir porque tenía un compromiso anterior en Almansa. Quizá pudiera resultar llamativa alguna otra ausencia, pero no creemos que sea oportuno hacer especulaciones políticas con algo del ámbito privado y familiar de los contrayentes y sus padres, aunque uno de ellos sea alguien tan significado como es el presidente provincial del PP, el senador José Julián Gregorio, al que damos la enhorabuena desde estas páginas por la boda de su hijo.