El expresidente del gobierno Mariano Rajoy disfrutó el domingo de una entretenida jornada de campaña electoral paseando por el centro del Casco Histórico toledano, tomando cervezas en la calle Santo Tomé y comiendo posteriormente en el restaurante centenario Venta de Aires, el mismo en el que alguna vez estuvieron personajes de la realeza o artistas universales como Dalí, Lorca o Buñuel. Nadie se ha olvidado de Rajoy, que parece haber ganado afectos entre los ciudadanos tras abandonar la actividad en primera línea de la política. Fueron muchas las personas que se acercaron a saludarle, algunos toledanos y otros visitantes que llenaban las calles de la ciudad en el domingo del puente de Todos los Santos. Eligió el mejor día para dejarse ver en plena campaña y en una ciudad situada a pocos kilómetros de Madrid.
Tras el paseo por la ciudad y alguna parada para el aperitivo rodeado de un gran número de gente, Rajoy disfrutó de una estupenda comida en Venta de Aires junto a miembros de la dirección regional del PP, encabezados por su presidente, Paco Núñez, y los candidatos toledanos al Congreso y al Senado. Se le vio relajado, tranquilo y feliz. Sin la preocupación de gobierno en la cabeza en momentos tan complicados y sin el peso de ser candidato. Junto a él, la expresidenta del Congreso, Ana Pastor, se mostraba confiada en que el PP obtendrá unos buenos resultados electorales el próximo domingo. Para el PP castellano-manchego ha supuesto un buen golpe de efecto contar en la campaña con alguien de peso en el partido como Rajoy.
Algunos, sin embargo, han echado de menos otra presencia no menos importante y más cercana a Castilla-La Mancha y a su pasado político más reciente: María Dolores de Cospedal. Así lo van diciendo a quienes quieren oírles, aunque se cuidan de no hacerlo en los medios. Cospedal seguramente no tenga ganas de participar en ningún acto electoral, pero es posible que tampoco se lo hayan pedido. Según fuentes de su entorno, la expresidenta castellano-manchega se siente molesta por el trato que está recibiendo por parte de algunos que hicieron carrera a su sombra y heredaron los restos de su poder porque se los delegó ella misma. Hay quien piensa que es un error no reivindicar su figura y la labor que hizo en esta Comunidad en el periodo más complicado de su historia. Con esa actitud dan la razón al PSOE de Page y justifican todo lo que han dicho contra ella en los últimos años. No entienden que se reciba a Rajoy de manera tan calurosa y se condene al olvido a la que fuera su mano derecha en el partido y la dirigente más sólida que ha tenido el PP castellano-manchego.
Pero son otros tiempos y prevalecen otras razones. Y más aún en campaña electoral. En todo caso, al PP de Paco Núñez le van a atizar tanto si habla bien de Cospedal, porque les considerarán herederos de toda su malignidad, como si hablan mal, porque entonces serán unos traidores. Entre lo uno y lo otro, al líder regional del PPno le queda otra que optar por un discreto silencio al respecto.