Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, considerada la mayor organización de Castilla-La Mancha (representa a unas 160.000 familias de la región), ha mantenido este miércoles un almuerzo informativo con los medios en Toledo donde ha quedado claro el empuje y buen talante de su presidente, Ángel Villafranca, que lidera también la asociación de Cooperativas a nivel nacional. Villafranca ha hablado sincera y abiertamente con los periodistas sobre diversos asuntos y al margen de las declaraciones “oficiales” que realizó al final de la comida.
Entre otras cosas llamativas habló sobre Francisco Martínez Arroyo, consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, de quien el sector agroalimentario tiene una opinión más que favorable. Valoran su conocimiento del medio rural, su preparación, su peso político y su capacidad de negociación. No aclaran si es el mejor consejero de Agricultura que ha tenido la Junta de Comunidades, pero si hicieran un ranking seguro que le darían podium.
Por todas estas razones creen que ejercería un papel digno como ministro –su nombre sonó en la última formación de gobierno de Pedro Sánchez y ahora vuelve a sonar de nuevo-, y más teniendo en cuenta las incertidumbres que hay por delante por el Brexit, los aranceles de Trump a los productos agroalimentarios y los nubarrones que se ciernen sobre la economía. Pero sobre todo creen que sería un buen negociador de la nueva PAC, que tendrá importantes efectos, para bien o para mal, en el futuro inmediato de Castilla-La Mancha.
Dadas estas circunstancias, y valorando como valoran a Martínez Arroyo, el presidente de las Cooperativas prefiere que el consejero se quede en la región antes que tener un ministro de la región en el próximo Gobierno nacional, aunque esto último también sería beneficioso para los intereses del sector agroalimentario de nuestra Comunidad.
En definitiva, que los afectados por la política agraria del Ejecutivo de García-Page valoran altamente al responsable de la misma, Francisco Martínez Arroyo, lo cual es el mejor indicativo para pensar que lo está haciendo bien. Tan solo ponen un pero, y es que la Consejería no está dotada de forma suficiente de recursos y personal, lo cual hace que se eternicen muchos procedimientos o se retrasen de manera alarmante los pagos a los agricultores y ganaderos. Pero esa es otra historia.