Es el párroco más popular de Toledo. Su personalidad desbordada, su actividad permanente, la relación con los feligreses -y los que no lo son-, sus iniciativas eclesiales y sociales, su buena relación con la gente sencilla o con las autoridades de distinto signo político y sus homilías, entre otras cosas, le ha convertido en un sacerdote muy cercano y muy conocido por los toledanos, sobre todo entre los jóvenes.
José Antonio Jiménez, "Quillo" para todos, es el cura de la iglesia de San José Obrero, una de las parroquias más populares de la capital castellano-manchega por estar situada en el barrio del Polígono, con mayoría de votantes de izquierdas y el núcleo más poblado de la ciudad. Singularmente, las misas de Quillo cuentan de forma habitual con una gran afluencia de fieles. Incluso gentes de otra parroquias acuden a sus misas porque nunca defrauda.
Igual que no defraudó a las decenas de personas que asistieron a la eucaristía en la que se grabó el vídeo que se ha hecho viral y del que ayer informó EL DIGITAL CLM [El cura más popular de Toledo arremete contra la ministra Celaá, "o como te llames, hija"]. En el vídeo se ve a un "Quillo" muy seguro de sí mismo haciendo una exposición clara y algo irónica, sin concesiones ni recovecos, que todo el mundo entendió. Dirigiéndose directamente"al corazón de la ministra Cela, o Celaá, o como te llames, hija", la reprende porque "no has escuchado a un millón trescientos mil españoles que hemos firmado para que no se metan con la iglesia en los colegios concertados y para que el castellano sea importante". Y pese a todo, "le pido a Dios por ti, para que Dios también te ilumine" y se paralice la nueva Ley de Educación y no se relegue la lengua castellana, vino a decir.
El párroco de San José Obrero considera que "nos estamos jugando derechos fundamentales" y por ello cree que la Iglesia "tiene que rezar", pero también debe actuar,"así, con micrófono abierto y dando nombres, sin callarnos", que es lo que está haciendo él en defensa de los ocho colegios de la Iglesia en Toledo, de sus alumnos, de sus padres y de la sociedad en general.
Quillo ha sido claro y contundente con un discurso en público que pocos párrocos están haciendo, así como tampoco lo hacen las instancias jerárquicas de la Iglesia de Castilla-La Mancha. Es coherente y sincero con su pensamiento y no le ha importado decirlo abiertamente.