Se ha comentado en medios eclesiales y políticos de Toledo el artículo deBraulio Rodríguez Plaza, arzobispo emérito de Toledo, titulado "La ideología del progreso" y publicado el pasado lunes en el DIGITAL CLM, justo el día en el que el Papa Francisco recibía en el Vaticano al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y a la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón.
El hecho mismo de que el Papa Bergoglio recibiera sin ninguna razón concreta a dos políticos socialistas tan significados, a los que acompañaba el arzobispo primado Francisco Cerro Chaves, ha sido objeto de diversos comentarios entre miembros de la iglesia toledana y en algún círculo político que no ha querido exteriorizar su pensamiento. Pero lo que más ha llamado la atención ha sido la coincidencia del viaje al Vaticano de Page y Tolón con la publicación del artículo del arzobispo emérito, en el que Braulio Rodríguez hace una dura crítica al llamado progresismo citando profusamente "la segunda de las grandes encíclicas", Spe salvi (“Salvados en esperanza”), del anterior Papa, Benedicto XVI, y obviando en el largo escrito al actual.
En relación con la pandemia, Braulio Rodríguez escribía que "son tantos los que se denominan progresistas que será difícil que salgan de ese optimismo y les costará cambiar de mentalidad para buscar soluciones mejores que autodenominarse simplemente `progresistas´. Y estos horizontes siguen influyendo mucho en nuestra sociedad, pues apuntan sólo a soluciones fáciles, cayendo en la ideología del progreso".
Tras diversas consideraciones sobre lo espiritual y lo tecnológico, el arzobispo emérito afirma que "se espera, en efecto, el reino de la razón como la nueva condición de la humanidad totalmente liberada". Y añade: "Todo este planteamiento es, en realidad, muy antiguo y en estos momentos está totalmente en crisis,menos en el mundo de ideas de los que se consideran progresistas, que son muchos de nuestros actuales políticos. Éstos vienen a pensar, más o menos, que el progreso hacia lo mejor, hacia un mundo definitivamente bueno, ya no viene simplemente de la ciencia, sino de la política (`la que mi grupo político lleva o quiere llevar a cabo´); de una política pensada científicamente, que cree saber reconocer la estructura de la historia y de la sociedad, y así indica el camino hacia la revolución, hacia el cambio de todas las cosas". Es lo que el Papa Ratzinger considera un mito primitivo que intenta sustituir la idea de Dios por un poder anónimo y que monseñor Rodríguez califica como"una falsedad, un mito, en efecto, que impide ver y comprender la realidad, es decir, una ideología, en el sentido peyorativo de la palabra".
El artículo del emérito llegó el fin de semana a las redacciones y EL DIGITAL CLM lo publicó el lunes. Es decir, Braulio Rodríguez, como firma invitada del cada vez más afinado, crítico y profundo Grupo Areópago, se anticipó al viaje, pero haciéndolo coincidir con las vísperas del mismo. Y también coincidió el hecho de que en una homilía dominical desde Toledo con amplia difusión mediática nacional se pusiera en tela de juicio la verdadera vocación de los políticos que se muestran tan próximos a la Iglesia y que más que ninguna otra cosa persiguen réditos electorales.
¿Coincidencia o propósito expreso de criticar de forma sutil la audiencia del Papa Francisco a los políticos socialistas toledanos y a su introductor, el arzobispo Cerro Chaves? Que cada cual saque sus propias conclusiones.