Esta semana se ha conocido la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha en la que condena al Ayuntamiento de Guadalajara a indemnizar con 13.709 euros a la funcionaria municipal y exsubdelegada del Gobierno con el PSOE Araceli Muñoz por acoso y '' por parte del Gobierno Municipal de este Consistorio cuando estaba al frente del mismo el Partido Popular.
Ocurrió entre 2012-2015, cuando Araceli Muñoz dejó su última responsabilidad al frente de la Subdelegación y decidió volver a su puesto de letrada en el Ayuntamiento. Entonces comenzó una "persecución que pasó por no darle trabajo y dejarla en una sala todo el día sin nada que hacer, ni medios". Aquello obligó a la exconsejera de Obras Públicas a coger la baja, recibiendo tratamiento psicológico y psiquiátrico durante algún tiempo, hasta que la situación empezó a mejor cuando desde la Federación de Servicios Públicos de UGT le ofrecieron liberarse y encargarse de su servicio jurídico.
Pero no ha sido su caso el único de estas características que ha sufrido un exalto cargo de la Junta de Comunidades. Algo similar le ocurrió a Antonio Conde, hermano del exalcalde "popular" de Toledo Agustín Conde, cuando dejó de ser director general de Economía, Comercio y Competitividad en el Gobierno de María Dolores de Cospedal.
Cuando cesó y quiso a su puesto como funcionario de Jefe de Servicio de Transportes en los Servicios Provinciales de la Consejería de Fomento en Toledo se lo negaron, a pesar de encontrarse vacante, y le relegaron a funciones irrelevantes. Un juzgado de Toledo condenó a la Junta a asignarle su antiguo puesto con abono de las diferencias que había sufrido hasta de nuevo a su cargo. Más duro aún fue el Tribunal Superior de Justicia al rechazar el recurso presentado por la administración regional contra la sentencia del juzgado de Toledo, llegando a considerar que "la oposición que hace la Junta de Comunidades de , más bien sugiere, en la práctica, el cese de aquel nombramiento por una vía absolutamente improcedente".
Antonio Conde no cogió ninguna baja ni se sometió a tratamiento psicológico y psiquiátrico por todo aquello. Aprovechó el tiempo para investigar y escribir un libro sobre el maquis en los Montes de Toledo.
Lo más curioso de todo esto es que Araceli Muñoz se encuentra en situación de servicios especiales en el Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha, el mismo cargo que desempeña Antonio Conde en este organismo. Ambos son ahora compañeros en el Consejo.