Como suele ser habitual en estos casos, a la nueva ministra de Política Territorial, la castellano-manchega Isabel Rodríguez, ya le han recordado un asunto pasado en el que tuvo una participación activa y que está relacionado con sus nuevas competencias ministeriales. Lo curioso en este caso es que ni siquiera han esperado a que tomara posesión.
No es nada especialmente grave ni que tenga que ver con asuntos turbios de corrupción. Simplemente han recordado que en su momento colaboró con “los guiños” de Pedro Sánchez al separatismo. Fue en el Congreso y siendo presidenta de la comisión parlamentaria de Justicia. Le achacan que frenó la ley de indulto que excluía los casos de malversación.
Como ha publicado OK Diario, de haber salido adelante aquella reforma, cuatro de los golpistas del procés indultados por el Gobierno el pasado 22 de junio, entre ellos Oriol Junqueras, no podrían haberlo sido en cuanto al delito de malversación.
Cuando en octubre de 2018 se constituyó la ponencia para la reforma de la ley del indulto, la exalcaldesa de Puertollano presidía la Comisión de Justicia. El PSOE dio este paso tras la amenaza del PP de presentar otro texto si no se impulsaba de una vez la iniciativa, que llevaba meses bloqueada. La activación de la ponencia no sirvió para nada ya que Isabel Rodríguez, de acuerdo con las intenciones de su Grupo Parlamentario, fue dilatando la tramitación, convocando comparecencias de expertos o vetando una enmienda del PP que planteaba no conceder este perdón tampoco a los condenados por rebelión o sedición, los delitos que se atribuyen a los presos del referéndum ilegal de 2017, además del de malversación. La reforma socialista pretendía prohibir el indulto para casos de «corrupción», incluyendo aquí la malversación, y de violencia de género, tal como señala OK Diario.
Aquel asunto durmió el sueño de los justos tras decaer la ponencia por el acuerdo de apoyo de los nacionalistas a la investidura de Pedro Sánchez. Es algo que no tendrá que afrontar ahora Isabel Rodríguez en su nuevo cargo como ministra, aunque sí deberá lidiar con otras muchas cuestiones en esta nueva etapa que se ha abierto tras la concesión de los indultos a los dirigentes separatistas, que continuarán exigiendo la amnistía para los condenados y un referéndum de autodeterminación.