El presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez, ha tomado una decisión como alcalde de Escalona que está siendo elogiada por todo el mundo, principalmente por los vecinos de la localidad, que desde hace años sufren los problemas de la okupación de viviendas con mucha crudeza. En Escalona hay un fenómeno atípico en ese sentido y es que hay "okupaciones" de fin de semana o de vacaciones.
Este pueblo toledano situado a orillas del río Alberche, de apenas 3.000 habitantes, multiplica su población en verano de forma brutal hasta llegar incluso a los 25.000, con todo lo que eso implica para prestar un servicio público en condiciones a tantas familias. Entre otros problemas que arrastra la localidad, y debido a la cantidad de casas que hay vacías durante gran parte del año, está el de la ocupación ilegal de viviendas. Es algo que sufren la mayor parte de los municipios de la provincia, pero con especial incidencia en los que están más próximos a Madrid o los que, como Escalona, han acogido desde siempre a los veraneantes que llegaban a disfrutar de las aguas del Alberche, muchos de los cuales ha terminado construyendo aquí su segunda residencia.
Aparte de los problemas comunes del asalto a viviendas ajenas, en Escalona se añade la singularidad de que se produce también una okupación de fin de semana. O vacacional. Gente que se mete en casas que no son suyas durante un fin de semana, durante las vacaciones de Navidad, en verano...
Para poner límite al agravamiento de la situación, el ayuntamiento que preside Álvaro Gutiérrez ha decidido cortar por lo sano y ha aprobado una ordenanza municipal para tapiar con ladrillo y cemento las puertas y ventanas de 40 casas y evitar así que las okupen. Se trata de viviendas cuyos propietarios son entidades financieras o fondos de inversión y que, en principio, deberían ser alquiladas a familias vulnerables.
El asunto ha saltado a medios nacionales. Antena 3 se hacía eco la semana pasada con una entrevista al alcalde en la que declaraba que "estamos hablando de okupas que donde caen acaban con la convivencia", tras contar que han llegado a tener cerca de 100 casas okupadas; una experiencia por la que no quieren volver a pasar.
"Ocupaban chalés para la época estival, o periodos de tres meses y algunos fines de semana", contaba una vecina. "Tenían casas en la ciudad, venían aquí para instalarse en nuestras viviendas sin pagar y pasar así las vacaciones", denunciaba otro.
El Ayuntamiento de Escalona ha agradecido públicamente el trabajo de los albañiles que están tapiando las casas, "a pesar de tener momentos delicados de tensión", y a los cuerpos de seguridad que les protegen mientras realizan esta labor.
"No son ocupaciones sociales como algunos partidos nos venden. La inmensa mayoría de estas viviendas se utilizan temporalmente para delitos de todo tipo y ocasionan problemas de convivencia vecinal. Nuestro objetivo es combatirlo hasta llegar a 0 ocupaciones", ha publicado el Ayuntamiento en una nota de prensa.
Las viviendas con sus puertas y ventanas tapiadas no es la imagen ideal de un pueblo, pero es preferible eso a que estén okupadas por personas que no generan más que problemas con los vecinos. El tapiado evita que entren en ellas los desaprensivos, jetas y delincuentes y son un claro aviso de que en Escalona no vacilan a la hora de tomar medidas contra ellos.