Hay motivos sobrados para decir que la arquitectura urbana de buena parte de Castilla-La Mancha está muy por debajo de la calidad deseada. Hay localidades, sobre todo en La Mancha, que son un caos arquitectónico porque cada cual ha construido como le ha venido en gana, sin control de las autoridades y sin ningún gusto por parte de los propietarios ni de los profesionales que les han asesorado.
Si exceptuamos aquellos municipios con medidas de protección especial por la riqueza de su patrimonio, en los que los permisos para construir o reformar las viviendas son muy exigentes, en el resto de pueblos y ciudades castellano-manchegas está todo manga por hombro, tanto en el aspecto arquitectónico como urbanístico. No hay identidad ni homogeneidad y lo peor es que a estas alturas tendrán que pasar muchos años para que se produzca una auténtica recuperación, si es que alguna vez hay voluntad para ello.
El colmo de estos despropósitos se produce cuando son los propios ayuntamientos los autores de las barrabasadas arquitectónicas. A veces producen risa y a veces enfado. En algunos casos ambas cosas a la vez, como ocurre en la localidad conquense de Zarzuela, sobre cuyo ayuntamiento se ha levantado una torre con reloj que llama poderosamente la atención.
La imagen la ha publicado La Opinión de Cuenca con un comentario en el que tras recordar que suelen hacerse eco normalmente de "maravillas monumentales y paisajísticas de la provincia", y que en ocasiones les ha servicio para denunciar alguna que otra situación, desperfecto o carencia de los municipios, en este caso "no hemos podido resistirnos a publicar esta, por llamarla de alguna manera, `peculiar´ contrucción".
Una arquitectura "imposible" que no deja indiferente "sobre todo a quien no está acostumbrado a su presencia. Para gustos los colores y formas, pero quizás este ‘apéndice’ encaramado sobre el balcón municipal no es el complemento más apropiado para la Casa Consistorial". "Juzguen ustedes mismos", concluyen. Y ya hemos juzgado: Es un adefesio.