Centenares de ciudadanos de Sevilla han mostrado a través de las redes sociales su total indignación por lo que la cadena de tiendas de ropa de mujer Koker, con origen y sede central en Toledo, ha hecho en pleno centro de la capital hispalense.
Koker, que cuenta con establecimientos propios y franquiciados en numerosas localidades de España y en otros ocho países, se encuentra en pleno proceso de preparación de un local comercial en la calle Sierpes, la más céntrica y conocida de Sevilla, para abrir allí su primera tienda en la ciudad.
El local elegido para ello ha sido el ocupado hasta hace algunos años por Casa Ruiz, una histórica joyería que se convirtió en referente comercial para varias generaciones de sevillanos y en todo un emblema del urbanismo local gracias a su característica fachada, forrada con mármoles policromos y remates en bronce, tales como el letrero o la puerta de acceso.
Sin embargo, la compañía toledana de moda ha decidido darle un nuevo aire al espacio y modernizarlo de manera radical, pintando toda la portada del comercio de blanco. Una actuación que el pintor y escultor sevillano Ricardo Suárez ha denunciado a través de Twitter, donde la ha calificado como "otra agresión al comercio de la ciudad".
El tuit del artista no ha tardado en obtener una excepcional repercusión en la red social, donde centenares de usuarios han criticado con dureza la forma de proceder de Koker y han instado al Ayuntamiento de Sevilla a que tome cartas en el asunto.
Tanto es así que el Consistorio sevillano anunció el pasado viernes sobre las 5 de la tarde que los técnicos inspeccionarían la intervención y antes de la medianoche de ese mismo día comunicaron, también a través de Twitter, la paralización de las obras tras los informes de Urbanismo y Policía Local, adelantando que se tomarán "medidas disciplinarias" contra la empresa, a la que se obligará a restituir la fachada del histórico comercio "al estado original".
Lo que no está claro es si la intervención de Koker en el local de la calle Sierte contaba "con todos los permisos del Ayuntamiento", tal y como ha argumentado la empresa toledana de moda femenina como respuesta a una ciudadana indignada, o si "ha actuado sin autorización en la fachada", que es lo que afirma el Consistorio sevillano.
Sea como sea, tampoco ha gustado en Sevilla que la máxima responsable y directora creativa de Koker, Priscila Ramírez, haya compartido en su perfil de Instagram un pantallazo del tuit que ha alertado sobre el caso, lo que ha sido interpretado por muchos como una falta de respeto al considerar que, lejos de estar arrepentida o apenada, está cómoda con la polémica.