La propuesta fue lanzada el pasado 12 de septiembre por el Partido Popular a través del llamado “plan energético” para España presentado oficialmente por Juan Bravo, vicesecretario de Economía del equipo de Alberto Núñez Feijóo: entre las iniciativas a poner en marcha se encuentra resucitar y “desbloquear de forma inmediata” la construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC) en la localidad conquense de Villar de Cañas. Un proyecto, conocido popularmente como el cementerio nuclear, del que ya casi se había dejado de hablar y que de pronto recupera el PP en su programa energético en caso de llegar al Gobierno en las próximas elecciones generales.
La iniciativa de este almacén nuclear, siempre polémica en Castilla-La Mancha, fue de inmediato contestada al día siguiente por el Ejecutivo de Emiliano García-Page, que criticó la “pasión” del PP por el “basurero nuclear” y aseguró que el proyecto “no es viable” y, por tanto, “no prosperará”. Pese a esta oposición, verbalizada a través del consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, el PP no modificó el proyecto ni anunció cambio alguno en su propuesta, en línea con el apoyo que los populares siempre han dado a una instalación sobre la que existe una gran polémica, con posiciones muy encontradas a favor y en contra.
En los últimos días, sin embargo, la presión se ha intensificado directamente sobre Feijóo por parte del propio presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, pese a la buena relación política y personal que existe entre ambos. La pasada semana y en un tono muy crítico contra el ATC, García-Page anunció públicamente que enviará una dura carta al líder nacional del PP mostrando su rechazo al almacén nuclear y tachando el proyecto de “grave error”.
García-Page calificó el ATC de Villar de Cañas como un “atropello”, respaldó su posición en los informes de Enresa y dijo que se trata de una propuesta que no tiene “ni consenso social ni consenso científico”, razones por las que pidió a Feijóo una rectificación de su programa energético para dejar fuera la instalación nuclear. “¿Quién le manda a la dirección nacional del PP meterse otra vez en el lío de Villar de Cañas?”, se preguntó el presidente castellano-manchego, quien habló de ”intereses políticos y no sé si solo políticos”.
Para García-Page, el almacén nuclear de Villar de Cañas sería un “desastre sin paliativos”, una dura posición que coincide con la que también mantiene el Gobierno de Pedro Sánchez. De hecho, la ministra portavoz, la también castellano-manchega Isabel Rodríguez, pidió el pasado 15 de septiembre a Feijóo que eliminara el ATC de su plan energético y dijo que “en Castilla-La Mancha nadie discute que un cementerio nuclear es inaceptable y no estamos dispuestos a dar ni un paso atrás”.
Así las cosas, y después de días de piropos, Page abre un frente muy directo sobre Feijóo en torno a un proyecto extremadamente sensible en Castilla-La Mancha.