Algunas autonomías gobernadas por el Partido Popular están promoviendo la celebración de una cumbre de apoyo al polémico trasvase del Tajo al Segura y esta iniciativa ha despertado todas las alarmas en el Gobierno de Castilla-La Mancha, presidido por el socialista Emiliano García-Page, y en los municipios ribereños y demás colectivas antitrasvasistas. Tanto el Ejecutivo regional de Page como estas organizaciones mantienen una clara posición beligerante contra el trasvase y el foro que se pretende organizar desde el PP se ha valorado como una “amenaza” a la región que tiene el objetivo de perpetuar el trasvase y “robar el agua” a Castilla-La Mancha, en palabras del número dos del PSOE regional, Sergio Gutiérrez.
La reacción tan fulminante de los socialistas, no exenta de cierto postureo y teatralidad, tiene también el objetivo de cuestionar el liderazgo del presidente del PP castellano-manchego, Paco Núñez, y comprometer su posición tanto dentro de su partido como de cara a la sociedad de Castilla-La Mancha. Nada más conocerse la intención de algunos barones populares de montar este foro sobre el trasvase, el PSOE regional y el Gobierno autonómico se han lanzado sobre Paco Núñez y han calificado al PP como “el enemigo público número uno” del río Tajo, instando a Núñez a desautorizar esta cumbre autonómica y tomar posiciones.
Más allá del clarísimo interés partidista de los socialistas en torno a este asunto, muy explotable desde el punto de vista electoral en Castilla-La Mancha, lo que sí parece claro es que el foro autonómico que promueve el PP puede ser también una buena oportunidad para Núñez de fijar una postura propia y definida en torno al trasvase, independientemente de la que adopten otros líderes del Partido Popular en las autonomías del Levante, todas partidarias del trasvase. Haría bien Núñez en ver esta cumbre como una oportunidad y no como un problema, ya que puede permitirle definir a su partido en la región y definirse él personalmente sobre una cuestión estratégica y fundamental en Castilla-La Mancha.
A Paco Núñez este foro puede venirle bien desde el punto de vista político, aunque eso signifique que tenga que desmarcarse del discurso tan abiertamente trasvasista de los populares en regiones como la Comunidad Valenciana, Murcia y parte de Andalucía. De hecho, Núñez ya avanzó este lunes por dónde piensa llevar este asunto: por un lado, enfrentarse a quién tenga que enfrentarse, incluso a su propio partido, y por otro, defender siempre el agua de Castilla-La Mancha y defender antes a la región que al PP, aunque con un claro matiz en la línea de que el agua no puede ser un elemento de guerra en España, sino un elemento de generación de riqueza.
Queda claro, entonces, que es posible abordar este asunto de forma moderada y con sensatez, promoviendo un debate sereno y no sectario ni partidista, aunque también defendiendo los intereses de la tierra a la que se representa. El presidente del PP de Castilla-La Mancha no tiene que seguir a ciegas el discurso de Page y el PSOE sobre el trasvase, pero sí puede establecer un discurso personal y propio en torno a este asunto clave. Esa es la oportunidad que tiene. Para Núñez, el PSOE siempre airea este asunto en épocas electorales pero, en realidad, no hace "nada" por resolver el problema.