Algo se mueve, y mucho, en el PSOE. Y se nota una fuerte corriente interna entre los socialistas de Castilla-La Mancha. La posibilidad real de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pierda las próximas elecciones generales y sea necesario un liderazgo alternativo está rondando las baronías del PSOE en toda España y ahora se mira con lupa cualquier movimiento que pueda llevarse a cabo en las filas socialistas, como, por ejemplo, el importante evento que tuvo lugar en Toledo el pasado jueves con la presencia del expresidente del Gobierno Felipe González, junto al exministro José Bono y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. La presencia de González, emblemática y respetada figura de gran prestigio en el PSOE, tiene una enorme significación interna.
Como ya hemos contando en esta sección confidencial, González, Bono y Page comieron juntos el jueves en el toledano Cigarral de las Mercedes y lo que allí se hablara de forma privada quedará sólo en ese círculo estrecho, pero el éxito del evento celebrado en el Auditorio de Eurocaja Rural y la abundante presencia de socialistas castellano-manchegos que abarrotaban el acto ha sido muy bien valorado por la dirección regional del PSOE y se la ha dado mucho importancia. El hecho de que el acto estuviera organizado por la Fundación Felipe González y que allí estuvieran todos los secretarios provinciales del PSOE, casi todo el Gobierno de Castilla-La Mancha y la mayoría de los diputados nacionales y regionales se ha interpretado como una “demostración de fuerza” del PSOE de Castilla-La Mancha delante del expresidente del Gobierno, y con Bono como testigo de primer nivel.
En definitiva, García-Page saca músculo en un evento de gran potencia interna y su liderazgo sale reforzado con vistas a lo que pueda pasar si Pedro Sánchez termina siendo desalojado de la Moncloa. Parece que la apuesta de algunos barones socialistas está siendo fuerte, sin olvidar que en siete meses tendrán que enfrentarse a las elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo y todo el mundo va tomando posiciones con la idea de obtener el mejor resultado posible en sus respectivos territorios. El postsanchismo, si es que llega tras las próximas elecciones generales, está flotando claramente en los ambientes internos del PSOE y lo del pasado jueves fue una clara muestra de unidad interna y fortaleza en torno al liderazgo de Emiliano García-Page.