No ha pasado desapercibida la presencia de la expresidenta de Castilla-La Mancha y exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, en el acto oficial de homenaje a la Legión celebrado el pasado martes, 8 de noviembre, en Madrid con motivo del centenario de la fundación de este cuerpo del Ejército bajo el impulso del Rey Alfonso XIII. Un acto institucional presidido por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante el cual se inauguró un monumento en honor de la Legión esculpido por el artista Salvador Amaya y financiado por la Fundación del Museo del Ejército de Toledo.
Además del alcalde madrileño, estuvieron presentes en el acto diversas autoridades civiles y militares y, entre el numeroso público que asistió a la conmemoración, estuvieron presentes María Dolores de Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro, que no quisieron perderse el homenaje a esta emblemática fuerza del Ejército español, muy popular entre los ciudadanos. La escultura de Amaya, erigida en la calle Vitrubio de Madrid, junto al Museo de Ciencias Naturales, rinde homenaje a los más de 10.000 caídos de la Legión.
Esta reaparición pública de Cospedal, en un acto con banderas de España y "vivas" al Ejército y a la Legión, fue advertida por muchos ciudadanos que, según diversas fuentes consultadas por este periódico, saludaron a la exministra y se hicieron fotografías con ella, en un ambiente distendido y de cordialidad. Tras los discursos y la inauguración de la estatuta, la organización del acto hizo sonar el himno de España y, al parecer de forma espontánea, los asistentes cantaron después la "Canción del Legionario", el himno oficial de este cuerpo, que se coreó con emotividad.
La propia Cospedal entonó los versos del himno legionario y seguramente recordó con ello su etapa como ministra de Defensa del Gobierno de Mariano Rajoy entre los años 2016 y 2018. Curiosamente, la actual ministra de Defensa, Margarita Robles, no asistió a este acto, ni tampoco algunos de los principales mandos del Ejército español, lo que no impidió la presencia de muchos militares en el homenaje.
El monumento se compone de una escultura en bronce que representa a un legionario veterano en el momento fundacional de la Legión, ataviado con uniforme de la época y con una altura de 2,78 metros. La estatua está colocada sobre un pedestal de piezas de granito de tronco piramidal de base cuadrada y una altura total de 3,52 metros. El pedestal lleva inscritas en cada una de sus caras varias leyendas grabadas con referencias al escudo de la Legión, al centenario y al credo legionario.