La batalla interna entre Inés Arrimadas y Edmundo Bal para liderar Ciudadanos es el penúltimo capítulo en la historia de un partido que surgió como alternativa en el panorama político español y que languidece hacia el ostracismo. El punto de inflexión en esa decadencia llegó en las últimas elecciones generales del 10 de noviembre de 2019, las segundas que se celebraron en pocos meses ante la imposibilidad de Pedro Sánchez de formar gobierno tras los comicios del 28 abril. Entre una cita electoral y otra, Ciudadanos se dejaba de 47 escaños por el camino pasando de ser la tercera fuerza política a poca distancia del PP, a la sexta. El descalabro fue de tamaña magnitud que el entonces líder de la formación, Albert Rivera, dimitió aquella noche electoral y tras él fueron desfilando los que hasta ese momento habían sido los colaboradores más estrechos de su proyecto político.
Uno de los miembros de esa guardia pretoriana de Rivera que salió del partido siguiendo la estela de su líder fue el que había sido portavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Juan Carlos Girauta. En su caso, no había sido capaz de renovar su escaño por la circunscripción de Toledo, ciudad en la que se había instalado pocos meses antes procedente de su Barcelona natal. Aquel 11 de noviembre anunció que abandonaba la primera línea de la política, decisión que quedó ratificada cuando en mayo de 2020 hizo efectiva su baja del partido.
Desde entonces, Juan Carlos Girauta vive una nueva etapa profesional y personal muy ligada a Toledo. Aquí es donde mantiene su residencia y no es raro verlo haciendo compras en alguna de las superficies comerciales de la ciudad o dando un paseo por la senda ecológica del río Tajo.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL-EL DIGITAL CLM, en los próximos días tendrá que pasar por el quirófano para someterse a una intervención quirúrgica que tenía programada. Debido a esta situación, este año no se desplazará a Cataluña durante las vacaciones, celebrando así sus navidades más toledanas.