Cuando se daba por hecho el nombramiento de la diputada Inés Cañizares como candidata de Vox a la Presidencia de Castilla-La Mancha y se tenía casi por seguro en gran parte de los medios de comunicación, este lunes saltó la sorpresa. El candidato a la Junta de Comunidades será un desconocido David Moreno, concejal de Talavera, a la vez que se reserva a Cañizares el papel de candidata a la Alcaldía de Toledo, doble y llamativa sorpresa para las elecciones de mayo que parece estar lanzando el mensaje de que la apuesta que Vox considera más importante es el Ayuntamiento de la capital regional mientras se opta por un perfil bajo en la candidatura autonómica.
La interpretación, equivocada o no, es casi inevitable: Vox da por perdida la posibilidad de formar gobierno con el PP en la Junta de Castilla-La Mancha, y se limita a designar un candidato de puro trámite, mientras que parece poner toda la carne en el asador en el Ayuntamiento de Toledo, tal vez con más posibilidades de alcanzar el poder en coalición con el PP. Dicho en clave de nombres propios: la hipótesis de desalojar del poder al presidente socialista de la Junta, Emiliano García-Page, mediante un pacto con el popular Paco Núñez, es lejana e improbable, pero tal vez no lo sea tanto en el caso de la alcaldesa socialista, Milagros Tolón, frente a la que Inés Cañizares tendría que sumar sus votos a los del candidato popular Carlos Velázquez.
Puede parecer una teoría aventurada, pero ese podría ser uno de los mensajes que se están lanzando desde Vox al apostar por un cabeza de lista tan desconocido para el Palacio de Fuensalida, mientras reserva su perfil más potente para la ciudad de Toledo. En ambos casos, sin embargo, buena parte de las encuestas otorgan muchas posibilidades de tener la mayoría absoluta tanto a García-Page como a Tolón. Si llevamos esta teoría un poco más lejos, puede llegar a pensarse que el partido de Santiago Abascal no quiere repetir en Castilla-La Mancha un nuevo caso como el del fracaso de Macarena Olona en Andalucía, mientras que Inés Cañizares podría perfectamente compatibilizar su cargo de concejala en Toledo con el de diputada en el Congreso, manteniendo así su protagonismo en la política nacional.
Lógicamente, estas previsiones, si realmente fueran las de Vox, pueden no cumplirse y que lo que al final termine ocurriendo en las elecciones de mayo sea algo completamente diferente. Quién sabe. Pero cabe pensar que la dirección nacional de Vox, y la propia Cañizares, han hecho sus cálculos políticos y electorales y han considerado la apuesta por la Junta no era prioritaria. Presentarse a la Junta de Castilla-La Mancha y no cosechar el éxito esperado podría dejar a Inés Cañizares en una situación comprometida que le impediría volver a la política nacional, mientras que en Toledo todo queda abierto y es posible recuperar anteriores posiciones en caso de derrota.