Quedan poco menos de dos meses para las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo y la guerra de nervios en la vida política de Castilla-La Mancha se está intensificando. Especialmente activa está siendo la tensión en los "cuarteles generales" del PSOE y el PP en la región, donde ya nadie se fía realmente de lo que pueda pasar en estos comicios y esta incertidumbre está generando una hiperactividad notable y una constante mirada a las encuestas públicas y privadas que se están realizando. Aunque ambas partes, socialistas y populares, quieren aparentar seguridad en los resultados y sensación de victoria, lo cierto es que nadie las tiene todas consigo y el 28 de mayo es una incógnita total que genera una gran expectación.
Los equipos de campaña tanto del presidente de la Junta y candidato socialista, Emiliano García-Page, como del líder regional y candidato del PP, Paco Núñez, despliegan desde hace semanas una imparable actividad que parece una consecuencia directa de esa incertidumbre electoral y del convencimiento en ambos partidos de que un puñado de votos pueden decidir quién será el próximo presidente de Castilla-La Mancha. Las encuestas están dejando claro, al menos las que se conocen hasta ahora, que el resultado del 28-M entre PSOE y PP va a estar muy ajustado y que puede darse la posibilidad de que un sólo diputado, arriba o abajo, termine siendo decisivo para inclinar a un lado u otro la balanza del poder regional.
Esta sensación de inestabilidad electoral, inexistente hace cuatro años, cuando todo estaba mucho más decantando, es un elemento clave y diferencial de esta campaña, y eso apunta a que la tensión política va a ser también mucho mayor que en ocasiones anteriores. Tanto el PSOE como el PP ansían apasionadamente ganar estas elecciones y, lo que es más importante, alcanzar el número mágico de 17 escaños en las Cortes castellano-manchegas, es decir, la mayoría absoluta. Parece claro que el resultado de la noche electoral está muy abierto a día de hoy y tanto Page como Núñez llegan a esta campaña con "buenas opciones", disparando, por tanto, la intencionalidad de los partidos contra los rivales.
Los dos mensajes clave, en este sentido, están muy remarcados. El PSOE está centrando su precampaña en fijar la idea de que sólo hay dos opciones de gobierno: O Page en solitario o la suma de Núñez con Vox, alentando con ello el "miedo" al partido de Santiago Abascal, y sin que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tenga la más mínima presencia en ningún sentido. Por su parte, el PP también lo tiene claro y está lanzando la idea de que las dos alternativas son Paco Núñez sumando con Alberto Núñez Feijóo o Page con Sánchez, insistiendo en la idea de que el presidente socialista de la Junta es un "sanchista" más, aunque quiera parecer lo contrario. En este contexto, el clima político, ya de por sí enrarecido, se irá tensando a medida que pasen las semanas y nos acerquemos al 28 de mayo.
Es significativo, en cualquier caso, el fuerte apoyo que Núñez está recibiendo de Feijóo, con una presencia constante en sus actos y la entrada prevista en la campaña castellano-manchega de los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy. En Génova cuentan que las opciones de Núñez son claras y el partido se va a volcar con él, independientemente de que Page, como presidente y cara muy conocida en el PSOE, pueda partir con ventaja. O parecerlo.