Puede ser impostado o un simple ejercicio de simulación política, pero el presidente socialista de Castilla-La Mancha y candidato a la reelección el 28 de mayo, Emiliano García-Page, está lanzando machaconamente la idea de que las elecciones autonómicas y municipales "van a ir muy bien" y, contra el pronóstico de las últimas encuestas, el PSOE mantendrá el poder en la Junta de Comunidades y los principales ayuntamientos de la región. Page es un gran veterano de la política en Castilla-La Mancha y tiene un olfato ya muy ejercitado para saber por dónde vuela el viento electoral de la sociedad, pero lo cierto es que los sondeos publicados en estas semanas ponen en duda que pueda mantener la Presidencia de la Junta, aunque sí le conceden la victoria electoral sin mayoría absoluta.
En este sentido, el presidente castellano-manchego ha tomado dos posiciones políticas muy bien definidas. La primera es una apelación directa al "voto útil" del centro y la izquierda más allá del PSOE con el objetivo de evitar que el PP de Paco Núñez pueda formar gobierno junto a Vox. Y la segunda es insuflar a los socialistas una sobredosis de optimismo para dar la sensación de victoria y de que la noche electoral va a ser un éxito para él y su partido en Castilla-La Mancha. Frente a los últimos pronósticos de las encuestas, Page asegura que "va a haber sorpresa" y que "esto va a ir muy bien". "Esto no va de empatar", ha asegurado ante las augurios de los sondeos.
Convencido de la fuerza de su marca personal, más allá de las siglas del PSOE, el presidente socialista de Castilla-La Mancha parece tener claro que su candidatura a la Presidencia de la Junta debe abarcar todo el espectro político entre el centro, la izquierda y la extrema izquierda, y ello para evitar que gobierne a partir del 28-M lo que el mismo Page llama "el heredero de Cospedal más Vox", agitando una y otra vez el "fantasma" de la expresidenta castellano-manchega María Dolores de Cospedal. No descarta del todo Page, sin embargo, que haya una sorpresa en el sentido contrario a sus intereses y así lo ha reflejado con esta frase: "O la sorpresa me la llevo yo y no he visto por dónde me viene el golpe o también puede pasar que la sorpresa se la lleven ellos, porque esto no está de empatar, esto va a ir muy bien".
En fin, una estrategia electoral muy marcada por las claves aglutinadoras del voto moderado más la izquierda, enmarcado todo ello en el eslogan del "voto útil", y a la vez un desmentido general de los sondeos con el objetivo de evitar que cunda el desánimo en las filas socialistas, aunque bien pudiera ser que esas mismas encuestas animen y favorezcan precisamente el voto de su electorado ante el "miedo" a que el PP termine finalmente por ocupar el poder en la región.