"Yo gobierno para todos". Esta frase recurrente del presidente socialista de Castilla-La Mancha y candidato del PSOE a la reelección, Emiliano García-Page, se ha convertido en una de sus claves en la campaña electoral del 28 de mayo. Los socialistas han elevado a sus eslóganes dos palabras fundamentales en el discurso de García-Page: estabilidad y moderación. Y en este contexto, el presidente y candidato socialista ha dejado clara su intención de abarcar todo el espacio político que pueda, a izquierda, centro y derecha, y sumar los votos tanto de Ciudadanos como de Izquierda Unida y Podemos, e incluso los más moderados del PP que, tal como explican en el PSOE, rechazan la posibilidad de un pacto de gobierno de Paco Núñez con Vox.

Page, de hecho, está pidiendo directamente el voto a aquellos ciudadanos que en anteriores elecciones votaron a otros partidos, o incluso se abstuvieron, y que ahora quieren apostar por lo que los socialistas llaman un gobierno moderado que necesita una mayoría absoluta para evitar la suma de los populares con el partido de Santiago Abascal. Consciente de que sólo esa mayoría absoluta para el PSOE puede evitar el cambio de poder en la Junta de Comunidades, García-Page está sacando en la campaña su perfil más centrado, intentando arañar votos de todo el espectro político de los castellano-manchegos. Evidentemente, este perfil se complementa con un marcado distanciamiento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y sus socios radicales e independentistas.

Acto de campaña del 28-M de Emiliano García-Page

En este sentido, la campaña de Page cuenta con elementos simbólicos que no están pasando desapercibidos y que se comentan de forma habitual en los círculos políticos. No se trata sólo de que el logotipo del PSOE aparece con menos protagonismo que en campañas anteriores y en algunos actos y elementos de campaña ni siquiera se utiliza o está difuminado, potenciando la imagen personal del candidato como argumento central y prioritario, sino que, además, el uso de los colores resulta especialmente llamativo y es un guiño claro a los votantes de otros partidos. Es muy significativo el predominio del azul cielo, casi del PP, con el que Page envuelve su nombre en los actos electorales y los tonos bermejos, rojos y naranjas, que también se están utilizando. Las banderas de España y de Castilla-La Mancha también están muy presentes.

Por otro lado, y pese a las dudas que plantean algunas encuestas publicadas, los sondeos internos habituales del PSOE de Castilla-La Mancha están dando, al parecer, un gran resultado a Page, con una mayoría holgada que le permitiría seguir al frente de la Junta, según confirman fuentes socialistas.

Una imagen del un acto electoral del PSOE de García-Page