Mucho se ha escrito, visto y opinado sobre el debate de investidura que sirvió a Pedro Sánchez para ser reelegido presidente del Gobierno gracias al apoyo de todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso de los Diputados a excepción de PP, Vox y el único representante que tiene Unión del Pueblo Navarro en el hemiciclo.
Los argumentos para justificar la Ley de Amnistía, los ataques al bloque de centro-derecha o los anuncios del ya presidente de cara a la próxima legislatura han sido analizados hasta la última coma. Lo mismo ha ocurrido con la intervención del líder de la oposición Alberto Núñez Feijóo.
Sin embargo, hay otro punto de vista que no se ha tratado con tanta profundida. Hablamos de la expresión y la comunicación de ambos líderes políticos, campo en el que el toledano Julio García Gómez es experto. El también director de comunicación de la Fundación Economía y Salud y Fundación Casaverde ha hecho un pormenorizado estudio al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM en el que subraya que tanto Sánchez como Feijóo han acuñado "estilos diferentes y a la vez hay rasgos en común" con el fin de "dar más sentido a sus mensajes".
Éstas son las cinco claves que repasa el experto en comunicación:
"La voz. El primer punto a destacar en la expresión, que muestra las diferentes destrezas de uno y otro, es por un lado la contundencia en la voz de Sánchez, que apoya mucho su discurso en las inflexiones, tonos altos y medios como estrategia para llamar la atención del auditorio. Por el contrario, Núñez Feijóo es más lineal en la emisión del sonido y sus tonos van más del medio al bajo, lo que tiene sus ventajas desde el punto de vista de la foniatría, porque así desgasta menos su voz y sufre menos alteraciones. Aguanta más y mejor la respiración.
La imagen que transmiten. Por una parte, observamos sobriedad en Feijóo que mide mucho la imagen que proyecta para no alterar el discurso y centrar toda la atención en las palabras. Sin embargo, Sánchez juega más con la proyección de su imagen, su vestimenta y sus movimientos, lo que puede perjudicar la focalización del mensaje por preocuparse más en la imagen a transmitir.
El lenguaje no verbal. Sánchez mueve excesivamente las manos en determinadas situaciones de inseguridad, al contrario que Feijóo, que se muestra más hierático y comedido en los gestos. La mejor estrategia de comunicación en el lenguaje del rostro, ojos, torso y manos es que acompañen el mensaje oral para remarcar, pero que no resten fuerza a la expresión en la voz, ni dispersen la atención de los espectadores.
Las palabras y las frases: persuasión, credibilidad. Ambos políticos deben articular mejor sus palabras, vocalizar con más precisión, destacar las dos frases más importantes de su discurso a modo de titulares periodísticos y de estar manera conseguir persuadir al ciudadano, dar más credibilidad a lo que dicen o hacen y dar sentido a sus planes de futuro en cada caso.
Los silencios y el lenguaje paraverbal. Se dice a veces más con lo que se calla que con lo que se verbaliza. El uso estratégico de la pausa o el silencio valorativo debe mostrar la necesidad de crear un espacio sin sonidos para crear un efecto o reforzar la intensidad de algo que está por venir. Feijóo hace más uso de esta herramienta que Sánchez, pero no consigue del todo fijar la atención de los que siguen el discurso. La intensidad, el tono, la velocidad de la transmisión de las palabras, son asignaturas pendientes del presidente y del líder de la oposición en esta nueva etapa, en la que tendrán que hacer un esfuerzo especial por transmitir con más eficacia a la ciudadanía que desea conocer más y mejor lo que piensan y verbalizan a través de la expresión y de sus capacidades de comunicación".