Con todo cariño: el problema de ese partido que se llama Ciudadanos es que anda siempre un poco veleta y la gente no tiene claro por dónde van a tirar. Ahora que están enviando mensajes de amor en Galicia a Alberto Núñez Feijóo para montar una bonita coalición electoral con el PP, pienso en Castilla-La Mancha y empiezo a volverme un poco loca a la vista de su apasionado idilio con el PSOE de Emiliano García-Page. ¿En qué lado del tablero están estos chicos de Cs? Y sólo llego a una conclusión: en el que más les interesa en cada momento. O sea, en el medio de todo, en terreno de nadie, hoy aquí y mañana allí según dónde y con quién. Supongo que Inés Arrimadas, una vez que se ponga a mandar del todo, tendrá que hacerle un arreglo a esta espinosa cuestión que me parece la clave directa del gran batacazo.
El caso es que, mientras se lanzan los cariñitos gallegos con el PP, Carmen Picazo y el equipo que dirige Ciudadanos en Castilla-La Mancha acaban de reafirmar la fortaleza del pacto que mantienen con los socialistas en la región y están más contentos que los de Podemos en el gobierno central, que eso ya es el colmo de la felicidad. Ora con el PP, ora con el PSOE, según se pueda ir llenando la bolsa de carguitos y nombramientos y lo que sea, dicho con todo el aprecio que tengo en mi corazón. El pacto de Castilla-La Mancha pudo haberlo hecho Picazo con los populares, un suponer, pero aquí se ve que hay un elemento diferenciador de mucho poderío y nivel que abduce y seduce y se lleva siempre el pastel: Page, que es la estrella de todo en la región. Entre cuarto y mitad, llega el superjefazo regional del PSOE y se lleva toda la merienda a su casa y ahora que vengan estos de Ciudadanos a explicar la gran contradicción que tienen encima. Si es que pueden. Y conste que me alegro por Vicente Casañ, que está siendo un buen alcalde para Albacete y es un tío cabal, pero la fuerza Page parece poderlo todo.
Por eso no me extraña que, según cuenta hoy este digital, un periódico balear haya designado (oficiosamente) a Page nuevo líder nacional del PSOE, finiquitada ya la opción de que Pedro Sánchez vuelva a un nivel de cordura políticamente aceptable. Page y el PSOE verdadero, diría yo al estilo de Luis María Anson, aunque no estoy segura de que este importante título le haga alguna gracia al presidente castellano-manchego en estos tiempos tan revueltos y de turbulencias internas entre los socialistas. El escenario de futuro se presenta apasionante.
La cosa es que mi alcaldesa favorita de este jueves en Castilla-La Mancha es María Jesús Merino, regidora de la preciosa ciudad de Sigüenza que está lanzada para conseguir el maravilloso reto de convertirse en Patrimonio de la Humanidad, como Toledo y Cuenca. La alcaldesa Merino, con este enorme objetivo, ha lanzado la nueva imagen turística de Sigüenza y promete todo el trabajo del mundo para que la Unesco se fije en este magnífico punto del mapa de Castilla-La Mancha y algún día lo menos lejano posible nos llene de felicidad a todos. Mi apoyo total y mi simpatía para Sigüenza por esta gran causa y el mayor éxito para esta alcaldesa tan volcada. ¡Queremos tanto a esta lindísima ciudad!
Dos besitos finales para los dos castellano-manchegos triunfantes del día: el periodista conquense Raúl del Pozo, que va a recibir un homenaje de novela negra en Cuenca, y el diseñador guadalajareño Juan Carlos Pajares, que ha conseguido ser finalista del premio de moda más importante de España, el que conceden Vogue e Inditex. Castilla-La Mancha es un lujo y su buena gente, también. Ay, que día más bueno.