¡Guau! Ya hay que ser original y valiente para atreverse a decir en público lo que ha dicho Juan Ramón Crespo. ¿Quién? Ah, perdón: Crespo, el lidercito de Izquierda Unida en Castilla-La Mancha. Se ha subido a la tribuna de su habitual rueda de prensa semanal, o lo que sea, para decir que el actual presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, tiene que pedir perdón por los recortes sanitarios que hizo María Dolores Cospedal durante su mandato en la Junta. Qué lince, el hombre. Esto de atizarle a Cospedal así pasen los años es algo que a nadie se le había ocurrido por la vía izquierda en la política castellano-manchega, así que menos mal que ha venido el bueno de Juan Ramón para abrirnos los ojos, tirar de talentazo y acordarse de la expresidenta y de su glorioso consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, diputado hoy por Guadalajara y uno de los grandes genios demoscópicos que ha tenido nunca el PP en la región. Con él empezó todo.
El caso es que este Crespo agudísimo y sagaz ya tiene hecha contra Cospedal su buena labor del mes y creo que hay que exigirle ahora mismito al presidente de la Junta, Emiliano García-Page, que le haga caso al hombre y amplíe a sesenta o setenta el número de diputados en las Cortes de Castilla-La Mancha, a ver si así, estirando el chicle, consigue un escaño algún siglo de estos y puede seguir haciendo el bien dentro del Parlamento regional, que es su sueño. No soy capaz de entender cómo es posible que los castellano-manchegos, con lo listos que somos, no le hemos otorgado ya a Juanra bastón de mando, con despacho y coche oficial, en algún sitio público con mucho titulillo. En fin, Cospedal en boca de la izquierda por los siglos. Que por cierto, la expresidenta ha dejado definitivamente su residencia en Toledo y ha puesto a la venta su cigarral por un pastón: 1,7 millones de euros, según tengo leído, que es mucho dinero. Con eso, el líder regional de Izquierda Unida montaba el Kremlin en Gilitos.
En fin, el morbillo político de este martes viene por el PSOE provincial de Guadalajara, que anda consigo mismo a bastonazos. Otra vez. Guerra de guerrillas entre la parte sanchista, que lidera el alcalde de Azuqueca, José Luis Blanco, y el sector digamos “oficial” en torno a Page encabezado por el presidente de las Cortes, Pablo Bellido, y el consejero José Luis Escudero. La patadita que Blanco ha pegado a una destacada organización no gubernamental de Azuqueca ha provocado un nuevo estallido interno que demuestra que las aguas siguen turbulentas entre los socialistas guadalajareños, con muy mal rollo entre ellos. Blanco quiso ser Page y se pegó el batacazo, pero las heridas nunca se cerraron y no se atisba solución alguna de momento. Que Pedro Sánchez tenga el mando en Ferraz no ayuda a resolver las cosas. Sigan el hilo.
Y en esas estamos cuando veo en la prensa lo mal que ha sido recibido por algunos medios el nombramiento de la exconsejera albaceteña Llanos Castellanos como nueva presidenta de Patrimonio Nacional, un altísimo cargo del Estado para esta socialista muy de Sánchez que supone una gran responsabilidad pública. La periodista Almudena Martínez-Fornés, por ejemplo, cuestiona mucho en ABC que un experto como el anterior presidente de Patrimonio Nacional, Alfredo Pérez de Armiñán, haya sido cesado para poner en su lugar a una socialista “sin ninguna experiencia” en gestión de patrimonio histórico o artístico. Llanos Castellanos, que acumula muchos cargos públicos en su trayectoria, fue consejera de José María Barreda y ahora recibe el premio de apoyar a Sánchez desde 2015 a esta parte. Algún mérito tendría que tener, dicen sin acritú en la otra rama socialista. Por mi parte, enhorabuena y a por ello.
Y bueno, voy a terminar con mi habitual felicitación, en este caso al alcalde de Cuenca, Darío Dolz, tras haber instalado en su preciosísima ciudad el “segundo banco más bonito del mundo”, con unas vistas espectaculares. Cuenca es maravillosa y se merece todos los éxitos del mundo. Vayan a verla una y otra vez.