Oportunidad perdida
¡Qué oportunidad ha perdido Emiliano García-Page de arrearle con España a la cabeza a los de Podemos! No lo hará, y si lo hace, no le creeremos, porque ha caído preso de la política del corto plazo y ha preferido comprar año y medio de poder a cambio de su silencio. Porque el Emiliano García-Page que algún día representó al socialismo moderado que optaba por reformar las instituciones ha quedado diluido en la batidora de la extrema izquierda podemita. Ahora, su vicepresidente ha ido a hablar de política con Oriol Junqueras, vicepresidente de la cosa separatista, y ha ido representando a los ciudadanos de Castilla-La Mancha.
Dirán que la aritmética es la que es, y les daremos la razón: pero la dignidad también tiene su ontología, oiga, y el actual ejecutivo regional ha traspasado todas las líneas rojas imaginables. Podemos llama preso político al político catalán que se cisca en la Constitución y en la igualdad ante la ley, pero se niega a ponerle el nombre a Leopoldo López; Podemos impulsa una asamblea paralela para sacar el poder político de sus legítimos leones; y es Podemos, quien gobierna en el presupuesto de Castilla-La Mancha, el que azuza la insurrección popular de la derecha y la izquierda independentista, con la delirante utopía de la Revolución escondida en tuit mañanero.
Parece mentira que nadie del entorno de García-Page le haya dicho al presidente que la política que gusta a los de Podemos es la de la guillotina, donde, según dicen, nació la democracia. O quizá se lo han dicho, no vayamos a caernos ahora del guindo, pero él haya preferido esconder el centrismo en el despacho de Fuensalida, a la espera de tiempos mejores. Hay cosas que se pueden discutir, y en política es difícil encontrar verdades últimas, pero poco hay que negociar cuando se trata del respeto a la ley o a la soberanía nacional. Y gobernar con quien ni siquiera cree en principios tan básicos es un error de incalculables consecuencias.
Ahora que el tal Blanco le quiere arrebatar el santuario de Santa María la Blanca, puede que al presidente García-Page le dé un ataque de sensatez y mande al carajo a quien quiere que arda todo para reinar en el solar de la nueva República. ¡Cómo le va a explicar el presidente regional al paisano de Puertollano, de Caudete o de Valverde del Júcar que la estabilidad de su tierra depende del partido que jalea a Rufián y a Arnaldo Otegi!