Castilla-La Mancha va bien, pero no tanto. Su economía crece en 2017, aunque no lo suficiente. Problemas tan significativos como el paro, la deuda pública y el déficit ensombrecen el desarrollo regional y arrojan algunas incertidumbres sobre el crecimiento económico de la comunidad autónoma. Son algunas de las principales conclusiones del Termómetro Económico de Castilla-La Mancha presentado este lunes por la Universidad regional y la Fundación Caja Rural CLM sobre los datos del primer trimestre de 2017.

En líneas generales, el informe es positivo y pone el acento en el crecimiento global de la economía castellano-manchega y la subida en muchos indicadores como las exportaciones, el sector industrial, los servicios y la mejora del comercio, si bien todavía hay problemas significativos en el desempleo, por encima de la media nacional, el control del déficit y la elevada deuda pública. El índice de precios también es más elevado en Castilla-La Mancha que la media en España.

Hay motivos para creer en el crecimiento económico de la región, pero es necesario despejar los nubarrones actuales, especialmente la alta tasa de paro y una deuda pública enorme que son verdaderos obstáculos para el optimismo en Castilla-La Mancha. El Gobierno regional tiene tarea.