Editorial

Comprensible indignación por el desastre del tren en Talavera

13 septiembre, 2017 00:00

Llueve sobre mojado. La reivindicación de un servicio de tren digno y útil en Talavera es tan antigua como desoída y tan histórica como eternamente pendiente y sin atender. Pasan los Gobiernos y los años y el tren sigue en la gran cartera de demandas vergonzosas de la sociedad talaverana sin que nadie se tome en serio la verdadera molestia de buscar y encontrar soluciones, algo que no parece tan difícil pero que, a la vista del largo tiempo transcurrido, se ha convertido en un olvido permanente y lamentable del que sólo parecen acordarse los propios talaveranos que lo sufren.

Esta semana, y en plena polémica sobre el proyecto del AVE que finalmente se construirá en la línea Madrid-Castilla-La Mancha-Extremadura, han vuelto a producirse episodios que han dejado de nuevo en evidencia este penoso y anacrónico servicio ferroviario que padece Talavera y la necesidad urgente, al margen del AVE, de que el tren convencional funcione adecuadamente, con dignidad, utilidad y eficacia, en las conexiones que tiene esta ciudad, una de las más importantes y con más población de Castilla-La Mancha.

La situación ha vuelto a provocar indignación entre los talaveranos y hasta el propio alcalde, Jaime Ramos, y todos los partidos de la ciudad han denunciado el pésimo servicio que padece la ciudad, con trenes malos, escasas frecuencias, retrasos permanentes y muchas averías. El Ministerio de Fomento, y su titular, Íñigo de la Serna, deberían escuchar la voz de Talavera clamando décadas en este desierto y poner soluciones inmediatas. El AVE es otro proyecto diferente, y en él tendrán que volcarse también todos los esfuerzos necesarios, pero el tren convencional es un servicio importante que resulta habitualmente desastroso para Talavera y los talaveranos.