Los empresarios parecen estar contagiándose de la grave crisis abierta en Cataluña y la incertidumbre que esta situación viene provocando en toda España. Las previsiones para el cuarto trimestre de este año son más negativas de lo esperado y los empresarios de Castilla-La Mancha tienen ahora menos expectativas de crecimiento económico y han perdido confianza en la evolución de sus negocios, según los datos oficiales recogidos por EL DIGITAL y publicados por el Instituto Nacional de Estadística.

Es la forma que tienen los empresarios de manifestar su alarma por la inestabilidad política y poner sobre la mesa sus temores ante una situación especialmente grave que tiene pendiente a toda España. Desconocemos si la propia situación política de Castilla-La Mancha, con un gobierno bipartito que tiene dentro a Podemos y que lleva tiempo en el centro de la polémica, también está influyendo en esta pérdida de confianza de los empresarios de la región, pero lo cierto es que la situaciones de conflicto nada ayudan al emprendimiento, el desarrollo económico y el empleo.

Es verdad que la caída de confianza y expectativas no es especialmente alta y se sitúa en términos similares a los de otras comunidades, pero el dato es malo y afecta de manera más sensible a regiones que, como Castilla-La Mancha, presentan carencias industriales y empresariales evidentes frente a las cuales hay que poner optimismo, apoyo y un entorno económico estable y favorable.