Editorial

Albert Rivera y las principales preocupaciones de los castellano-manchegos

30 enero, 2018 00:00

Albert Rivera está de moda y Ciudadanos, su partido, tendrá probablemente una notable importancia en la vida política de Castilla-La Mancha en la próxima legislatura. Es posible incluso que Ciudadanos se convierta en un partido decisivo y tenga en sus manos la posibilidad de determinar quién gobierna en la Junta de Comunidades y quién pasa a la oposición. Si la tendencia actual se mantiene, Albert Rivera es un político al alza que puede tener mucho poder en un futuro próximo y esta circunstancia nos lleva a subrayar sus méritos y a destacar el hecho de que parece capaz de recoger las inquietudes sociales y ciudadanas de mucha gente y proyectarlas en la vida pública nacional y regional.

Sin embargo, su visita de la pasada semana a Toledo fue una oportunidad perdida para dar un buen repaso por las principales preocupaciones de los castellano-manchegos y reivindicar ante el Gobierno de Emiliano García-Page las soluciones que no llegan en algunas cuestiones clave como la sanidad, los servicios sociales, el desempleo, el alto índice de pobreza que padece la región o su elevada tasa de fracaso escolar, por citar tan sólo algunos de los ejemplos que vienen siendo noticia en las últimas semanas. Albert Rivera habló de Castilla-La Mancha pero dio la sensación de tener sus prioridades puestas en la reforma electoral y en el aumento de diputados en las Cortes castellano-manchegas, con el objetivo no confesado, pero evidente, de facilitar la entrada de Ciudadanos en la Cámara tras las elecciones autonómicas de mayo de 2019.

Esta fue la gran petición pública de Rivera a Page y no pensamos que aumentar el número de escaños en las Cortes regionales sea ni deba ser la prioridad de los partidos políticos en Castilla-La Mancha. Desde luego es posible que este sea un asunto crucial para algunos políticos, como así lo están poniendo de manifiesto, pero estamos absolutamente seguros de que no está en la agenda de prioridades de ningún ciudadano castellano-manchego, más bien todo lo contrario. Albert Rivera tal vez conozca bastante a algunos poderosos políticos de Castilla-La Mancha, pero parece que conoce menos a los ciudadanos y sus problemas reales.