La alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez, comunicó a este diario, a través de una de sus personas de confianza en el Ayuntamiento, su intención de denunciar al periódico por publicar un vídeo en el que aparece bailando en su casa con otra persona mayor y dos niños de corta edad.
El vídeo había sido distribuido a través de whatsapp y posteriormente también apareció en Twitter, sin que se sepa quién o quiénes lo han sacado del grupo de amigos inicial en el que se grabó hasta hacer que se distribuyera de forma masiva entre la población, suponemos que con la intención de dañar la imagen de la alcaldesa, a la que muchos afearon su conducta por mostrarse bailando cuando en su ciudad han fallecido alrededor de doscientas personas por coronavirus. De hecho, ese fue el titular de algunos medios nacionales que también publicaron el vídeo, no el nuestro, que incluso tratamos de quitar hierro al asunto explicando la situación compleja a la que se enfrenta Inmaculada Jiménez.
La razón que esgrime para denunciar a EL DIGITAL CLM es que no se habían pixelado las caras de los niños que aparecen en las imágenes, lo cual iría en contra de lo que dicta la Ley de Protección de Menores. Este periódico ha reconocido el error, debido a un fallo interno del que no nos dimos cuenta hasta que la persona que llamó del Ayuntamiento de Tomelloso nos lo hizo ver. Debido a ello, y tras disculparnos, eliminamos el vídeo en el periódico y también en la cuenta de Youtube, e incluso quitamos el artículo en el que estaba incrustado para evitar que por alguna causa pudiera todavía aparecer la grabación en buscadores como Google o en redes sociales.
No hemos podido hacer más, y a pesar de todo la alcaldesa ha decidido denunciarnos, cosa que no nos importa -ya se verá lo que dicen los tribunales- si no fuera porque el vídeo sigue publicado en otros medios, en alguno de ellos sin que la cara de los niños esté tapada, y en cuentas de Twitter. Resulta extraño que cuando ya han pasado casi dos semanas, la alcaldesa y sus asesores no hayan logrado aún que tanto la red social como el medio nacional al que nos referimos hayan retirado las imágenes. No queremos pensar que no han actuado al respecto y que su intención es la de denunciar solo a EL DIGITAL CLM para hacernos callar con la excusa del pixelado.
Es lo que hemos tratado de contarle a la alcaldesa directamente, pero su asesor, que después de la primera charla telefónica no ha querido volver a hablar con nosotros, nos comunicó lacónicamente por whatsapp que “lo que tengas que hablar será a través de nuestros servicios jurídicos”.
Entendemos que Inmaculada Jiménez está pasando por una situación difícil y complicada, no solo como alcaldesa de una localidad que está entre las más afectadas de España, sino también políticamente, pero eso no debería llevarle a desahogarse con la denuncia a un medio informativo con una endeble excusa que no se sostiene, aun reconociendo el error por nuestra parte. Es ella y no nosotros la que se ha dejado grabar bailando con los niños y la que no ha impedido después que se compartiera el vídeo entre el grupo de amigos, sin tener en cuenta, siendo un cargo público, las consecuencias que eso puede acarrear, y que de hecho ha acarreado. También ella tendría responsabilidad jurídica, en caso de que la hubiera, por no haber protegido a los niños de forma suficiente. El vídeo llegó a mucha gente sin que estuvieran pixelados los niños y así sigue, al alcance de cualquiera, en Twitter y al menos en un periódico digital muy conocido de ámbito nacional.
En Tomelloso mucha gente valora la gestión de Inmaculada Jiménez como alcaldesa durante estos años, aunque ahora sufra el desgaste lógico que produce una crisis sanitaria tan brutal como la que vivimos. Tiene capacidad de decisión y la ejerce, lo cual es una virtud en la vida política y en un cargo como el suyo. Creemos que en momentos como este el ayuntamiento tomellosero y su alcaldesa tienen problemas graves que atender antes que andar denunciando a un medio de comunicación que les incomoda. En eso le asesoran mal sus personas de confianza. Pero esa es otra historia.