El virus político
Las declaraciones de la alcaldesa de Toledo el pasado lunes diciendo que estaba cansada del victimismo de las autonomías en torno al reparto de los fondos Covid, ha removido el panorama político regional. Milagros Tolón, que ha llevado una gestión prudente y discreta durante la pandemia, me recordó a Isabel Pantoja cuando entró en la televisión para decir aquello de “estoy cansada de la familia Rivera”. Todo el mundo interpretó un aldabonazo en la cara de Page, que fue quien más se removió contra el enésimo cambio de criterio del Gobierno de Sánchez. Emiliano, que lleva razón en el fondo, cuenta, sin embargo, en los últimos tiempos con una rara habilidad para pisarse los cordones solo, mediante una serie de declaraciones extemporáneas que le pueden pasar más factura que la propia gestión de la pandemia. Los socialistas lo hablan por lo bajo, pero muestran su preocupación por algunas de las cosas que dice el presidente. Los últimos, los alcaldes. Y ha tenido que ser una mujer la que coja la bandera del municipalismo como una María de Padilla comunera y revuelta contra el emperador. Page le dice en Cuenca que es él quien verdaderamente se alía con los alcaldes y que jamás se le ocurriría decir de ninguno que hiciese victimismo barato, mientras Tolón cuelga en su Facebook la defensa cerrada de los ayuntamientos. Qué maravilla, pensamos los periodistas. Así empiezan las guerras y por menos cayó el imperio romano. Menos mal que fue Corpus y lo que la Custodia une, no lo separa la política.
El desencuentro ha sido ocasional, puntual, aunque viene de lejos, y solo los protagonistas tienen en su mano enterrar el hacha de guerra o hacer de cada intervención una trinchera más. El viernes por la mañana, Emiliano llamó a Tita para mostrarle explícitamente el respaldo de la Junta a los ayuntamientos, que han sido verdaderos diques de contención en la pandemia. Mientras tanto, en la región se repite el esquema nacional de colaboración entre Psoe y Ciudadanos, si bien aquí ya estaban sentadas las bases con los acuerdos municipales. El PP queda fuera del pacto, a medio camino entre la indecisión, exclusión o táctica. Núñez se ha reunido con mucha gente durante la pandemia e hizo de Zoom su instrumento político. El acuerdo con el Gobierno siempre depende de la oposición, y aunque en un primer momento lo rentabilice el primero, la segunda aparece como alternativa creíble frente al que manda. Lo que no tiene sentido es infectar diariamente los medios con declaraciones incendiarias de unos y otros, cuando el virus sigue fuera haciendo de las suyas. Tengo dicho y escrito que en las situaciones límite, emerge la verdad. Que cada uno se quede con la suya. Pero, desde luego, el retrato es infalible.