Tanto tiempo hablando de la España plural y ha sido Luis Enrique quien ha mostrado el camino. Una selección federal, con tintes confederales, sin uno solo del Madrid. El Psoe ya tiene modelo al que seguir para explicar la bondad de los indultos. Lucho comenzó sin que nadie lo creyera y ahora concita la alabanza unánime de la prensa que lo machacaba. Pedro, y su alter ego Iván, están en la tesis de que una mentira repetida llega a ser verdad. Eso y los Next Generation, bien valen una Eurocopa. O un comité federal más manso que las aguas del Mar Muerto.
Pedro guía al Psoe como Moisés sobre las aguas. Los carros del Faraón ya quedarán sepultados, entre otras cosas, porque no hay Faraón. La derecha más parece las tribus israelíes en el exilio babilónico. Faraón solo hay uno y es Pedro. Es como El hombre que fue Jueves, de Chesterton, donde la policía y los criminales eran los mismos. A Sánchez le sucede igual. Es ejecutivo y judicial, secretario y presidente, uno y trino. Yo, el Supremo. En realidad, lo que vivimos es un cuento de Alicia en el País de las Maravillas. El otro día, el director de este periódico argumentaba sobre la ley trans y su trasunto ideológico. No hay más que una encrucijada ilógica con proposiciones falsas. La autodeterminación de género haría imposible la Eurocopa de selecciones. Mira si Oyarzábal se declara mujer y Unai Simón, machirulo. Esto sería imposible, pero ambos demuestran que los vascos han sido los mejores embajadores de Castilla. Ahí están sus marineros y el negocio que hicieron allende los mares, por dejar atrás el caserío.
El argumentario podemita de género recuerda al más soez de los relativismos que todo lo justifica. Pedro Jota ponía unos cuantos ejemplos de la disforia y la distopía. A mí, me recuerda a la Crítica de la razón pura que escribió Kant para justificar los juicios sintéticos a priori y la posibilidad del conocimiento. Kant era racionalista hasta que leyó a Hume y su teoría de la causalidad. A partir de ahí levantó una monumental obra filosófica que cierra la posibilidad al relativismo, la peor corriente de pensamiento, que tan pronto justifica un genocidio como lo hace posible. Al final, resulta que estos chicos de Podemos no han leído tanto como se creen o siempre han leído las mismas soflamas.
Iceta debería pedir audiencia con Luis Enrique y explicarle que lo que tiene es una selección de naciones. Pero que no lo diga muy alto, a ver si nos van a descalificar ahora que estamos en semis. A Pedro le pasa lo mismo. No cree mucho en el país, pero ahora que es presidente, va a ver si continúa. La prensa lo critica lo mucho, pero no lo entiende. Quién es el guapo que deja su puesto con la que está cayendo. Ni el presidente del Gobierno, obvio. Claro, que así no habría revoluciones ni Luis Enrique habría hecho una escuadra como esta, contra el madridismo rampante. Lucho se ha hecho perdonar y ahora España espera que le devuelva la hostia a Tassotti. En realidad, Luis Enrique es Don Pelayo y el resto, tierra conquistada. Como la España dormida de Sánchez.