Antes de que acabe el verano, no quiero que se me pase sin hablarles de un libro que vale para cualquier estación del año y cualquier parte del mundo. Este 2021 es además Xacobeo, que se prolongará hasta el que viene por la pandemia. Por ello, la novela que escribe Jesús Bastante es universal y alcanza a los cinco continentes. Realmente, la figura del Apóstol es tan grande como la propia catedral que levantó en su honor. Con la duda histórica de si los restos que allí aparecieron en el Alto Medievo son suyos, de Prisciliano o de vaya usted a saber quién, el fenómeno del Camino de Santiago trasciende fronteras y llega al ser más inesperado del orbe. Jesús, conocedor de ello, ha elaborado un relato inverosímil del Apóstol, pero con muchas dosis de realidad. De ahí su atractivo y heterodoxia.
Conocí a Jesús Bastante en los tiempos de la facultad y desde entonces, siempre me pareció espíritu inquieto y gran aventurero. La vida nos hizo amigos y pudimos contemplar cómo fuimos creciendo ambos, si bien él ha tenido más tiempo de todo, hasta de escribir buenas novelas. 'Santiago en el fin del mundo' es fruto, sin duda, de su imaginación, pero juega con tantos elementos reales que, a veces, durante su lectura, uno se pregunta qué hay de cierto en todo ello. Bastante es un trilero, en el buen sentido de la palabra, claro, y hace que el lector asista ojiplático al desarrollo de unos aconteceres que mitad están en las Sagradas Escrituras y la otra mitad, en su calenturienta mente. Es por ello que uno no puede dejar de leer hasta el final.
Con tintes barojianos, la novela es un recorrido por la Hispania del siglo I y la llegada de Santiago a estas tierras para llevar el Evangelio al fin del mundo conocido. Entre medias, conocerá mil personajes, a cada cual más pinturesco. Me quedo también con la descripción muy grácil, casi de pincelada, de los sitios por los que atraviesan los protagonistas. Creo, de hecho, que es la única novela escrita en el mundo con el Apóstol Santiago vivo y no muerto. El Hijo del Trueno, del Zebedeo, anda, corre, siente, ríe, llora e incluso se enamora. Jesús no deja nada a la imaginación, aunque es suficiente hábil como para sugerir mil cosas que en la novela no están. Sorprende además su conocimiento escrupuloso de las Sagradas Escrituras, de donde extrae incluso personajes que Jesucristo rescató de entre los muertos, igual que a Lázaro. Corona todo este entramado un desmentido histórico muy divertido de Nieves Concostrina, por si a algún lector le hubiera quedado alguna duda.
Jesús Bastante es el periodista español que más sabe de la Iglesia Católica y sus intríngulis. Lejos de acomodarse a ello, siempre abre nuevos campos como este de la novelística –parte inventada, parte real-, donde uno cree transportarse a Compostela en brazos de meigas. Yo, por si acaso, al terminar de leer el libro hice un conjuro. Y lo recomiendo a todos los amigos que puedo para que pasen un rato fabuloso como el que yo pasé.