De los creadores de Pedro juega a la petanca, Pedro estudia en la biblioteca y Pedro comparte piso, ha llegado esta semana a sus pantallas Pedro se va al pueblo, una bonita manera de realizar una escapada rural, bella, tranquila y sin demasiado ruido. Los creadores de Moncloa han remedado los famosos tebeos de Teo, pero ahora con twitter y más medios. En realidad, Pedro es un poco la Virgen María, que se aparece donde quiere. El otro día en Azután, con helicóptero, Superpuma o Falcon, que tampoco sabemos ya bien lo que lleva. Igual son sencillamente alas, que no se las hemos visto aún, pero las tiene como el Ave Fénix, de tantas veces que ha resurgido. Este chico está entre lo real y lo telúrico, se ha convertido en un Houdini que aparece y desaparece en halos espectrales y vahos celestes. Yo creo que está ensayando el truco de la artista que se parte en dos mitades, pero luego las junta como si nada. Ha pedido a Irene Montero que haga de voluntaria, pero la chica no se deja porque no se fía del todo. Prefiere las pócimas de Gargamel a los trucos sorprendentes y mefistofélicos de Houdini. Las cosas son como son.
La hospitalidad con la que Sánchez fue recibido el otro día en Azután demuestra que aunque olvide el medio rural y se lleve todas las inversiones a Cataluña, en esta tierra se le quiere y respeta como presidente del Gobierno que es. Da igual que las mujeres fueran de Fademur, federación de la UGT, porque Pedro no se arriesga al triple salto mortal en el vacío. Para eso fue también Arroyo y no Page, que tampoco hay que forzar tanto las cosas. Producciones La Moncloa nos regala un corto cada vez con más frecuencia y yo ya me he abonado al canal de Twitter, como hacía con Trump. Gobernar por entregas de tebeo y noticieros documentales es entretenidísimo, porque así ves los paisajes, los trajes y aprendes geografía, como pasaba con Franco y los pantanos. Sánchez tiene más estilo, es más guapo y es demócrata, pues mantiene a Tezanos contando votos toda la legislatura. La verdad es que aunque nos haya mentido, Pedro es el yerno ideal y nos jode que haya salido así, hasta pactando con Bildu, pero también es verdad que nadie es perfecto del todo.
Pedro voló sobre el nido de cuco y lo hizo como el helicóptero del Tulipán, aterrizando donde pillara y merendando con quien se encontrase. Preguntó a los lugareños, se hizo fotos con ellos y acabó un publirreportaje sensacional, a la altura del Hola y otras revistas del cuore. La prensa crítica no está ni se la espera en sus recorridos, pues hasta para los desplazamientos oficiales criba según qué medios. Pero eso qué puede importar en un país donde el Tito Berni cribaba empresarios y hasta generales de la Guardia Civil. Qué tiempos no estaremos viviendo que hasta la Benemérita ya aparece de nuevo en los papeles, como con Roldán. La historia siempre se repite o tiende a ello. Sánchez debiera haber permanecido más tiempo en Azután y así levantarle una estatua. Pero la modestia y humildad de este hombre son infinitas, que tenía otros menesteres. Debería haberse aparecido a los pastores de la viruela y le habríamos recibido como el nuevo salvador caprino o algún otro título a su altura. Pedro se va al pueblo. Lástima que no se quede de verdad un tiempo, porque por fin aprendería su asignatura pendiente, la autenticidad.