El PP de Castilla-La Mancha celebró este fin de semana en Cuenca una intermunicipal con la representación de todo el poder conseguido hace ahora un año en las locales y autonómicas. A Núñez se le ha quedado una situación parecida a la de Feijóo, ya que muchos de sus candidatos ganaron y gobiernan, mientras que él continúa unos cuantos años más en la oposición. Sin embargo, la fotografía del sábado a mediodía fue la de un partido unido que trata de sacar adelante algunas de las medidas que prometió en campaña y con las que quiere diferenciarse del Psoe. El poder municipal del PP con Vox es sensacional, pero ha de entenderse con un gobierno autonómico que procura achicar los espacios con Page enfrentado a Sánchez. La presencia de todos los alcaldes sin excepción en Cuenca, curiosamente una de las capitales donde no ejercen los populares, fue una exhibición de músculo importante para Núñez. Todos conocemos las historias del PP de Castilla-La Mancha en tiempos y los líos que se abren y cierran en cuestión de segundos. Por eso es importante, no habiendo elecciones mediante, que haya una sensación al menos de continuidad y trabajo seguido. El PP de la región y sus alcaldes tienen la oportunidad de demostrar su gestión a los ciudadanos, aún con la muleta de Vox. Las diferencias en la derecha ya verán cómo terminan, pues en esta primavera queda mucho por contar.
Anoche mismo concluyó el primer asalto electoral de estos meses de abril y mayo. Los vascos votaron en un setenta por ciento por opciones independentistas. Bien es cierto que el PNV se bajó del monte después de Ibarretxe y lo que los catalanes hacen ahora ya lo intentaron en su momento los de la txapela. Sorprende cómo la desmemoria histórica prende en la sociedad. ETA no existe pero su legado ahí está. Casi mil muertos, muchos de ellos sin esclarecer, y sus herederos políticos son premiados de esta manera, ganando las elecciones. Otxandiano se atoró en campaña con la banda terrorista y el Psoe aprovechó para tomar distancia. Sánchez seguirá gobernando con el PNV, pues sabe que Bildu tiene pocas opciones más. La operación blanqueamiento ya ha dado su fruto y le ha valido a Pedro para continuar en Moncloa. No veo yo por ahora a los de Otegi dejando caer al Psoe después del regalito de Pamplona.
Arana fue un racista que prefería que un maketo se ahogase en la ría a salvarlo. Con su hermano Luis, cogió la bandera británica, le cambió los colores y creó la ikurriña. El nacionalismo vasco no tiene consistencia, más que la que les dieron en su historia con ETA agitando el árbol y el PNV recogiendo las nueces. Además en el 37, vendieron la República en Santoña. Pero si los jóvenes vascos no saben quién fue ETA ni Miguel Ángel Blanco, qué van a conocer del quebranto con el que les cuentan la historia del más allá. Al final, la vida sigue igual. El PNV gobernando con el Psoe, el Madrid ganando la Liga y Sánchez, en el colchón de Moncloa.