El Presidente del Gobierno le ha dicho a Ferreras en la Sexta que hacen falta "periodistas de verdad". Lleva razón Sánchez cuando lo dice, aunque su relación con la verdad no deja de ser inquietante. Desde que mentó a Aristóteles, Pedro nos deja fuera de juego en cualquier momento. Si no, pide las sales y cinco días libres para seguir la partida. Ahora toca el turno de los periodistas. En realidad, desde que comenzó a cantar boleros con la máquina del fango y el lodo, el presidente me recuerda Los Panchos o Lucho Gatica. Reloj, no marques las horas que me quedan en Moncloa.
Yo creo, sin embargo, que ahora se le ha puesto de cara el viento. Entre sus múltiples rostros, ahora toca sacar el estadista y constitucional, ponerse espléndido y marcarle el camino al PP. Pedro Jota lo dijo ayer aquí y me sumo a la propuesta. Menos mal que no soy yo sólo el único que lo veo. Es la ocasión de que el PP vote Los Comunes y PSC, y deje a Abascal en su mismidad. Los indepes están muertos, pero no lo saben. Y Puigdemont echa de menos aquellos tiempos en que buscaba la siguiente extorsión a Sánchez. No lo dejará caer todavía hasta que arregle la amnistía. Así que habrá margen de entregas y bolitas. Y para eso, claro, el presidente quiere periodistas de verdad.
No sé si refiere a Alsina o Cardero… O esos no lo son. El primero, quien le hizo la pregunta más pertinente hasta ahora: "Presidente, por qué nos ha mentido tanto". Y el segundo, quien sacó las cartas firmadas de Begoña, que no eran las Marruecas de Cadalso, pero también hicieron escuela. Hasta ganar un concurso y obtener concesión por ello.
Ya sé que al Presidente le gustan más Ferreras o Barceló, pero de todo ha de haber en la viña del Señor o los ateos. Igual que le gusta más Yolanda que Page, aunque la esté matando a besos. En esto, nuestro presidente ha sido más hábil. Emiliano no se deja y marca distancia. Debe ser difícil gobernar a la contra del propio Gobierno. Pero así están las cartas dadas. Los periodistas, en cambio, seguimos sin darnos cuenta. No puede ser que sepamos lo que diga un contertulio antes de abrir la boca. Las banderías en los periódicos siempre las hubo, pero con algo más de disimulo. No me extraña que Sánchez quiera periodistas de verdad. Para venderles la suya y la compren a precio de mercadillo. Nosotros también queremos presidentes de verdad.