El Comentario

Matizaciones a Javier Ruiz

27 diciembre, 2018 00:00

Tras la lectura del artículo de opinión publicado por Javier Ruiz con el título Nochebuena Negra afloran en mi consciencia una serie de matizaciones que envío a usted con la pretensión de que sean publicadas, estimando que pueden poseer algún interés desde el punto de vista de la opinión.

En primer lugar, quiero manifestar que suscribo el brillante análisis político realizado por mi amigo Javier Ruiz, que ha desencadenado inevitables reflexiones que me permito exponer:

Pedro Sánchez no puede acabar con el Psoe porque el Psoe está acabado desde hace ya mucho tiempo, en que perdió su contenido, proyecto y fundamentos, dejando sin mensaje su discurso.

Si, como bien reclamas, recordar la historia de España ineludiblemente nos aboca a los años treinta y uno y treinta y dos, en que la situación se presenta similar a la actual y terminó como terminó.

Pero, si bien suscribo el análisis, no así la solución. Es cierto que el camino a seguir debe trascurrir por la transversalidad, pero no mediante el acuerdo entre unos partidos políticos que se consideran entre sí enemigos y no adversarios, que tratarían de imponer su criterio sistemáticamente, como lo están demostrando en los pactos actuales; unos partidos que han perdido la credibilidad al carecer de proyecto y contenido y por consiguiente, como tu bien dices, ya no son útiles porque su objetivo no es el bienestar de los ciudadanos, sino su carrera electoralista.

La idea de Page no pretende más que colocarse él en cabeza a fin de ser uno de los candidatos para liderar el nuevo ensayo, es decir quitar a Sánchez para ponerse él. Ya ha demostrado hasta la saciedad su capacidad para pactar hasta con el Cid Campeador, adaptándose a todas las corrientes ya que ni él ni los otros poseen bases ideológicas, ni proyecto alguno, todo ello con el único fin que el de perpetuarse en el poder.

Posiblemente la solución estaría en reconocer el total fracaso del sistema de partidos y adoptar el de listas abiertas con jurisdicción única, donde un ciudadano es un voto y todos valen lo mismo, se depositen en Cataluña, Euskadi o Castilla la Mancha; así cada cual estaría en su lugar y los radicales, los mediocres y los oportunistas, tendrían poco que decir. Pero claro esto no les interesa pues supondría la pérdida de privilegios y el control y como son ellos los que deben aprobarlo no nos queda más que denunciarlo y reivindicarlo, pero mientras tanto negando el apoyo a lo que ya no resulta útil al pueblo español.

Antonio Lozano BurgosMédico. Especialista en Obstetricia y Ginecología