Tengo la certeza de que hoy somos muchoslos compañeros que estamos tristes, muchos los que te apreciamos, quizá no es esa la palabra, muchos los que te queremos.Eras una persona especial.Podría desgranar una a una tus muchas virtudes y llenaríaesta triste hoja de papel.
Eras bueno, amable, educado, atento, servicial, calmado.Eras firme, sensible, inteligente, responsable, generoso.Eras divertido, socarrón, soñador, tranquilo…Pero había algunas cosas de ti que destacaban sobre las demás: eras un tipo honesto, de valores seguros, fiel a tus principios.
Eras brillante, muy brillante, para mí lo más cercano a un sabio que he conocido jamás. Y eras humilde. Nunca te las dabas de que sabías más que los demás,ni pretendías quedar por encima de nadie.Era un placer hablar contigo,no solo por lo culto que erassino también porque tenías una hermosa voz.Era un placer, sí.No puedo hacerme a la idea de no escucharla más,de no encontrarte por aquí y por allácon tu aspecto distraídoun cigarro en una mano, la otra en el bolsillo.
No quiero imaginar que no volveremos a tomar un café contigoo que quizá no lo tomaremos sencillamenteporque te olvidaste de que habías quedado con nosotrasen un despiste de esos tuyos.No quiero ir al Archivoy encontrarme tu mesa vacía.¡Cuántos recuerdos a lo largo de todos estos años!¡cuánto trabajo, cuanto esfuerzo! ¡qué capacidad, qué rigor, qué tesón!
Profesionalmente has dado lo mejor de ti.Personalmente dejas un gran legado: te has ganado el respeto,la admiración y el cariño de todos nosotros.Seguirás entre los que tuvimos la inmensa suertede trabajar contigo y de conocerte a fondo.
Compañero, amigo… imborrable tu recuerdoy enorme el hueco que dejas en nuestras vidas.
¡DESCANSA EN PAZ, JAVIER!
Marisol Olcinaes responsable de los servicios jurídicos del área de Infraestructuras del Ayuntamiento de Guadalajara