La tolerancia es la actitud de la persona que respeta las opiniones, ideas o actitudes de las demás personas, aunque no coincidan con las propias. Pero en otra de sus acepciones, tolerancia es también cuando una persona consume una droga de una forma continuada y su organismo se habitúa a ella. La sociedad española puede presumir hoy en día de tolerancia, en la primera de sus acepciones, pero me preocupa especialmente que se esté desarrollando en una parte de nuestra sociedad, una tolerancia a la mentira, al insulto y a la falta absoluta de respeto por parte de la extrema derecha de este país.
Y es que, si bien hemos escuchado todo tipo de barbaridades de los dirigentes de VOX en su discurso populista y extremo: negando la existencia de la violencia de género, negando la emergencia climática, poniendo en entredicho la Unión Europea, criminalizando la inmigración, etc… las últimas declaraciones de Ortega Smith sobre las Trece Rosas, desde luego que son para tomarlas como un hecho verdaderamente grave, por su intento de manipular y justificar una ejecución perpetrada contra 13 jóvenes inocentes.
Los demócratas de este país no podemos permitir semejante tropelía. No podemos permitirnos tener esa tolerancia al despropósito de la extrema derecha, que ha mancillado la historia, el honor y la memoria de estas 13 mujeres ejecutadas por el régimen franquista, diciendo de ellas que “torturaban, asesinaban y violaban vilmente”. Y es cómplice el silencio de partidos como el PP y C´s, que, con su silencio vil, pierden una oportunidad de desmarcarse de sus socios de gobierno.
Más allá de los propios datos históricos, que demuestran la falta a la verdad de estas declaraciones, las Trece Rosas representan, para una gran mayoría de la sociedad española, un símbolo de lucha contra la dictadura y de defensa de los valores democráticos. Y es ahí donde la derecha quiere actuar. Con declaraciones como esta y otras como las de la presidenta de la Comunidad de Madrid en relación a la quema de Iglesias, pretenden atacar la línea de flotación de la democracia, buscando la crispación y facilitando una visión de la historia que no se corresponde con la verdad.
El próximo 10 de noviembre los demócratas de este país tenemos la oportunidad de no permitir que las ideologías de extrema derecha que sustentan estas declaraciones se acerquen a las instituciones. Es una nueva oportunidad para permitir que haya un gobierno en la Moncloa que haga, como pidió Carmen Conesa, una de las Trece Rosas, en una carta de despedida a su madre antes de ser fusilada: “Que sus nombres no se borren de la historia”.
Miguel Peña García es secretario de Libertades Públicas y Memoria Histórica del PSOE de Castilla-La Mancha